El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dado ante los suyos el »pistoletazo» de salida al que será un año electoral marcado por los comicios autonómicos y municipales de mayo y las generales, previsiblemente, de final de año.
La estrategia de Génova pasa por «pisar la calle» para tratar de trasladar a los ciudadanos un mensaje de recuperación que sigue sin cuajar. Y así se lo ha trasladado ya el presidente del PP a sus dirigentes. El martes, en la reunión del Plenario del Grupo Parlamentario Popular-durante la que se anunció el nombramiento de Rafael Hernando como nuevo portavoz del PP en el Congreso- Rajoy se comprometió a que, a la vuelta de vacaciones de Navidad, «saldrá fuera todos los fines de semana» para advertir a los ciudadanos de que «lo peor» para España es «la política de marcha atrás».
Esa «política de marcha atrás» para Rajoy incluye una referencia implícita a Podemos. La formación de Iglesias es motivo de inquietud para un partido que ve su descalabro electoral en las encuestas, y por ello, el presidente del Gobierno se esfuerza en la necesidad de que sus dirigentes «repliquen el discurso de las nuevas fuerzas políticas», trasladando el mensaje de que «el Ejecutivo tiene un discurso razonable y argumentos» frente a formaciones como Podemos.
Ante a los discursos de PSOE, Izquierda Unida y Podemos, Rajoy ha pedido a sus diputados que defiendan, como ya ha venido haciendo él en las últimas semanas, que «no son verdad los recortes«, esto es, que se han mantenido la educación y la sanidad públicas, que se han incrementado las pensiones y que no se han recortado las prestaciones por desempleo.
Pese a los sondeos, Rajoy cree que es posible recuperar el voto de los que hasta ahora han sido votantes habituales del PP y que en este momento se encuetnran desencantados. Según fuentes populares, en Génova trabajan con un escenario de 2,3 millones de votantes habituales que se encuentran en la abstención y con medio millón situados en el voto en blanco.
Entre sus argumentos ante el Plenario del PP, el presidente del Gobierno puso como ejemplo de la recuperación económica el contraste entre su participación en el G-20 en 2012 en México, cuando todo el mundo cuestionaba la economía española, y su intervención este noviembre en el G-20 de Australia, cuando España era «ejemplo» de país reformista.
Pone en valor la gestión del Gobierno el 9-N
En cuanto a los casos de corrupción que salpican, entre otros partidos, al PP, Rajoy puso en valor el paquete de reformas que presentó en el Congreso de los Diputados a principios de diciembre y defendió que estas medidas permitirán al PP dejar «un país limpio».
Sobre el tercer gran tema de la actualidad, Catalunya, Rajoy defendió la gestión del Gobierno el 9 de noviembre, sacó pecho porque la consulta soberanista fue «un fracaso fuera de España» y aseguró que no ve una reforma constitucional porque «hay que hacer lo que dicta el sentido común».
Por su parte, la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, pidió a los diputados hacer suyo «un leitmotiv: contar, contar, contar».
La «número dos» del PP reclamó a los 185 parlamentarios del partido del gobierno que expliquen cómo se encontraron los populares el Gobierno cuando ganaron las elecciones en 2011, las mejoras económicas que se han producido desde entonces y las perspectivas de cara a 2015.
«Tenemos que consolidar nuestro proyecto porque somos la única alternativa», defendió Cospedal para insistir en que el PP tiene «a la mejor persona» para gobernar el país.
La secretaria general del PP llamó a «explicar» estos argumentos y pidió reforzar la comunicación. Lo hizo en la reunión en la que Rajoy anunció que Hernando ocuparía la Portavocía del PP en el Congreso y adelantó, además, que el Gobierno reforzaría la comunicación del Gobierno dando un mayor protagonismo como portavoz al secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón.