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En las tiendas encontramos varios tipos de vapers. Entre ellos están los desechables y los recargables, que, si bien sirven para lo mismo, son muy diferentes y, de ahí, esta pequeña comparativa.
¿Qué nos aporta un vaper recargable?
Los vapers recargables, como su propio nombre indica, son aquellos que se pueden llenar con los diferentes líquidos que hay en el mercado. Traen un depósito que rellenamos cada vez que se vacía.
Una batería de mayor duración y potencia.
Además, la batería también se carga y tiene un ciclo de vida que se puede aproximar a un año, quizá algo menos si lo usamos mucho todos los días. Esta es de un buen tamaño, lo que se traduce en potencia.
Gracias a esta batería, el vapor que proporciona suele ser más consistente que el de un vaper desechable, el cual tiene una batería más limitada.
Multitud de sabores con o sin nicotina
Los sabores son casi infinitos. Hay una enorme cantidad de ellos y no hay que olvidar que tenemos a nuestro alcance lo que en el mundillo del vapeo se conoce como “alquimia”, con la cual nos podemos fabricar los líquidos.
Esto no solo sirve a la hora de crear sabores personalizados, sino también con el fin de establecer el nivel de nicotina que nos apetezca al existir líquidos con concentraciones diferentes.
Por eso, el vaper recargable es una de las mejores maneras de dejar de fumar, ya que puedes ir reduciendo la nicotina de forma gradual y evitando el conocido “mono”, que no es más que el síndrome de abstinencia al dejar una sustancia adictiva.
Un precio mayor y más ecológico
Como es natural, el precio de un vaper recargable es mayor que el de uno desechable. A cambio, tenemos un producto de más calidad, no tendremos que ir a comprar un vaper a diario y ganamos en sostenibilidad porque nos dura mucho tiempo.
¿Cómo es un vaper desechable?
Con el tiempo y la extensión del hábito del vapeo entre la población surgieron los vapers desechables, los cuales se pueden ver en estancos y en muchas tiendas tanto online como físicas.
La manera más sencilla de vapear
Si nos apetece vapear y no queremos complicarnos la vida, los vapers desechables son la mejor opción. Los compramos y sin recargar líquido ni baterías ya los podemos disfrutar.
Eso los hace muy populares entre los más jóvenes y aquellas personas que solo vapean de vez en cuando.
Precios muy económicos y muchos sabores
La gran baza de este tipo de vapeador es su precio. Por un tercio de lo que vale un vaper recargable económico podemos vapear donde nos apetezca y escogiendo entre una gama de sabores enorme, aunque más limitada que con los recargables.
Dentro de los sabores, será posible escoger entre los que llevan sales de nicotina y entre los que no. Además, la concentración de esta sustancia no es la misma y podemos escoger en función de nuestros gustos.
Es poco sostenible
Si nos preocupa la sostenibilidad y el medio ambiente, lo cierto es que este tipo de vapeadores no es el mejor. Su duración es muy limitada y cuando se termina se desecha con su batería incluida.