Las mujeres sufren injusticias en casi todos los puntos de conflicto mundiales. Solo hay que echar un vistazo al panorama actual: Boko Haram en Nigeria, la situación que vive Sierra Leona, las violaciones de los derechos humanos en Pakistán contra las niñas… Según un informe de la Fundación Tompson Reuters, en el que fueron conslutados más de 200 expertos, los países con más índice de peligrosidad para las mujeres son Afganistán, la República Democrática del Congo, Pakistán y la India seguidos de Somalia, Egipto y Kenia.
La República Democrática del Congo no hace honor a su mismo nombre, solo hay que mirar las estadísticas, más de 20.000 personas entre mujeres y hombres sobreviven en campos de refugiados en Rwanda como el de Gihembe, en el que se hacinan ciudadanos congoleños ante la situación de inestabilidad que sufren en su país, amenazados constantemente por causas relacionadas con la guerrilla, el tráfico de personas y la esclavitud. En Rwanda, por ejemplo, el 60% de la población adulta que sufre de VIH son mujeres y niñas, su existencia está claramente amenazada por la expansión de la enfermedad.
Estas cifras en el Congo asustan aun más si se aporta otro dato, cerca de 1.150 mujeres son violadas todos los días según The American Journal of Public Health, ante estas cifras las injusticias cometidas contra la mujer no dejan de ser alarmantes.
La activista congoleña Caddy Adzuba, Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2014, ha sido la encargada de recordarnos al mundo entero la babarie que viven las mujeres día a día, cómo su honor está reducido a cenizas, como consecuencia de los brutales ataques que tienen que soportar contra su propia integridad.
Adzuba hablaba de las mujeres y jóvenes como las cabezas de turco de la guerra: «Son víctimas de la guerra y de la violencia sexual y despojadas de todo honor desde que sus cuerpos fueron transformados en campos de batalla».
«Hoy, la mujer congoleña víctima de los conflictos armados, violentada y violada, ha perdido toda su dignidad y vive en la deshonra. Ella, cuyos órganos genitales fueron sometidos a los ultrajes más viles, condenada a la esclavitud sexual y rechazada por su propia comunidad, lleva 18 años sufriendo: 18 años de tortura, 18 años de destrucción, 18 años de huida errante y desplazamiento, 18 años de pobreza extrema», así de duro y tajante era su discurso, tan duro como las torturas que tienen que sufrir día a día las mujeres.
La guerra que ha provocado el desastre
Conocida como la Guerra Mundial Africana, la Guerra del Coltán o la Gran Guerra de África es uno de los conflictos más devastadores que han asolado al continente. Este conflicto ha tenido dos etapas marcadas 1996 a 1997 y de 1998 a 2004. En total hubo cerca de 4 millones de muertos, la cifra que se conoce como el «genocidio congoleño».
El IRC, International Rescue Commitee, desarrolló tres estudios acerca de la mortalidad en la República Democrática del Congo. Desde la Segunda Guerra Mundial, es el conflicto que más víctimas ha causado. Las cifras son aterradoras si ce comparan con el resto de: en Ruanda (alrededor de 800.000 muertos entre Tutsis y Hutus), en Bosnia-Herzegovina (unas 250.000 víctimas), en Kosovo (unas 12.000 víctimas), y en Darfur (Sudán, alrededor de 70.000 muertos).