Aproximadamente 4,8 millones de niños han nacido en Siria desde el estallido de la guerra, hace nueve años. A esto se suma otro millón más que han nacido ya como refugiados en países vecinos. Todos ellos siguen hoy afrontando las devastadoras consecuencias de una guerra brutal.
«La guerra en Siria alcanza hoy otro hito vergonzoso», ha dicho la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, que visitó Siria la semana pasada. “En el noveno aniversario del conflicto, hay millones de niños que están entrando en su segunda década de vida rodeados de guerra, violencia, muerte y desplazamientos. La necesidad de paz nunca ha sido más apremiante».
Según los datos verificados en 2014 –año en que comenzaron las mediciones oficiales- hasta 2019:
- Más de 9.000 niños han sido asesinados o han resultado heridos durante la guerra.
- Cerca de 5.000 niños, algunos de los cuales ni siquiera habían cumplido los siete años, fueron reclutados forzosamente para luchar.
- Unas 1.000 infraestructuras educativas y sanitarias han sido atacadas.
Estas son las cifras que han podido ser verificadas, pero lo más probable es que el impacto real de esta guerra en la vida de los niños haya sido mucho más grave.
“El contexto en Siria es uno de los más complejos del mundo. La violencia y el conflicto siguen activos, lamentablemente, en varios lugares del país, como en el noroeste, con graves consecuencias para los niños. Mientras, en otras zonas, los niños están volviendo a conectar con algunos aspectos de su infancia perdida, reconstruyendo lentamente sus vidas», ha explicado Ted Chaiban, director regional de UNICEF en Oriente Próximo y Norte de África, quien acompañó a Fore en su visita. “Es evidente que nueve años de combates brutales han llevado al país al límite. Las familias nos han contado que, en casos extremos, no han tenido más remedio que enviar a sus hijos a trabajar u obligar a sus hijas a contraer matrimonios tempranos. Ningún padre debería verse obligado a tomar decisiones así», ha añadido Chaiban.
En el noroeste de Siria, el recrudecimiento del conflicto armado, sumado a las duras condiciones del invierno y la caída de las temperaturas, además de una crisis humanitaria ya de por sí grave, ha tenido un impacto muy alto en la vida de cientos de miles de niños y familias. Más de 960.000 personas, entre ellas más de 575.000 niños, se han visto obligadas a desplazarse desde el pasado 1 de diciembre.
Por otro lado, en el noreste, al menos 28.000 niños de más de 60 países siguen atrapados en campamentos de desplazados, sin acceso a los servicios más básicos. Desde enero, solo 765 han sido repatriados a sus países de origen.
Además de todo lo anterior, las consecuencias de casi una década de guerra incluyen:
- 2 de cada 5 escuelas no se pueden utilizar porque han sido destruidas, están dañadas, albergan a familias desplazadas que necesitan refugio o se están empleando para fines militares.
- Casi la mitad de las instalaciones sanitarias no son funcionales.
- Más de 2,8 millones de niños no van a la escuela en Siria ni en los países vecinos.
- Más de dos tercios de los niños con discapacidad física o mental necesitan servicios especializados que no están disponibles en su zona.
- Los precios de los artículos de primera necesidad se han multiplicado por 20 desde que comenzó la guerra.
«Las partes en conflicto y quienes las apoyan no han conseguido poner fin a la carnicería en Siria», ha dicho Fore. “Nuestro mensaje es claro: dejad de atacar escuelas y hospitales. Dejad de matar y mutilar niños. Garantizadnos el acceso transfronterizo y entre zonas de combate que necesitamos para llegar a las familias que lo necesitan. Los niños llevan demasiado tiempo sufriendo”.
Organizaciones como UNICEF necesitan actualmente 682 millones de dólares (casi 612 millones de euros) para mantener los programas que están llevando a cabo.
«La única solución a la crisis en Siria está en los esfuerzos diplomáticos», ha dicho Chaiban. “La ayuda humanitaria no pondrá fin a la guerra, pero contribuirá a mantener vivos a los niños. Para ello, contamos con el generoso apoyo de nuestros donantes, a pesar de todas las demás crisis que tienen lugar en la región y en todo el mundo».
UNICEF España pide #QueNoLleguea10 años el conflicto
UNICEF España ha puesto en marcha una acción en redes sociales para pedir, una vez más, que se ponga fin a la guerra de Siria y no llegue a cumplir 10 años. Para ello, personajes públicos que colaboran con la organización, y cualquiera que lo desee, están compartiendo en sus perfiles de redes sociales una imagen del popular juego de la rayuela con la última casilla, la del número 10, tachada. Además, el futbolista Sergio Ramos, Embajador de UNICEF España, ha grabado un vídeo jugando a la rayuela para apoyar esta iniciativa.
“Con esta ilustración queremos simbolizar, a través de un juego infantil en el que vas avanzando casillas hasta llegar a 10, la necesidad de parar una guerra que deja ya 9 años de muerte, destrucción e infancias perdidas”, reitera el director ejecutivo de UNICEF España, Javier Martos. “Nuestro grito #QueNoLleguea10 quiere dejar claro que los niños de Siria llevan demasiado tiempo sufriendo. Dentro de un año no queremos estar conmemorando un aniversario más del conflicto”.