Nakaima se había opuesto desde hacía años a dicha posibilidad, motivo por el que había vetado en reiteradas ocasiones los planes para construir una nueva base aérea en la prefectura por la negativa de la población y el daño al entorno.
A cambio del desbloqueo, Nakaima podría conseguir un incremento del presupuesto central asignado a Okinawa y un mayor control sobre el impacto medioambiental de las bases estadounidenses en la localidad.
«Lo que se nos ha ofrecido es sorprendente y espléndido», declaró el miércoles el gobernador al primer ministro, Shinzo Abe, quien adelantó que la decisión final sobre el asunto sería tomada este viernes.
El Gobierno central japonés había solicitado a las autoridades provinciales que aceptaran la construcción de unas nuevas instalaciones frente a las costas del área de Nago para trasladar las tropas estacionadas en Futenma a una zona menos densamente poblada.