La defensa de Dzhokhar Tsarnaev dejó entrever, un año después del atentado con bomba de la maratón de Boston, la estrategia que seguirá para evitar que el acusado del atentado evite la pena de muerte.
La defensa del joven de 20 años, acusado de colocar una de las bombas en la recta final de la carrera, intentará demostrar que su hermano mayor, Tamerlán Tsarnaev, de 26, muerto en una persecución tras el atentado, fue la influencia definitiva que le arrastró al islamismo radical y a cometer el peor atentado de la historia de Boston.
La ciudad se detuvo este martes para rendir homenaje a las tres víctimas mortales de las bombas de 15 de abril y al agente que murió tres días después tiroteado al comienzo de la atropellada huida de los dos hermanos, que sumió a la zona de Boston en un toque de queda durante caso 24 horas.
Dzhokhar, que se ha declarado no culpable de todos los cargos de que se le acusa, entre ellos uso de arma de destrucción masiva y cuatro asesinatos, no estuvo presente esta mañana en una de las últimas vistas preparatorias antes de que su juicio comience el 3 de noviembre.
El juez federal del caso, George A. O»Toole, rechazó eliminar o fusionar algunos de los 30 cargos presentados contra Dzhokhar por el Gobierno federal al considerarlo prematuro y desestimó la petición de la Fiscalía de que el acusado no pueda revisar fotos de la autopsia de las víctimas durante el proceso.
Asimismo, se mostró favorable a rebajar una de las restricciones de su estricto régimen de aislamiento, que sólo le permite contacto con representantes legales y con las dos hermanas mayores, consideradas por la defensa como claves para conocer la dinámica familiar de Dzhokhar.
Según la defensa, «aquí no hay ninguna conspiración detrás ni riesgo a la seguridad nacional», por lo que se debería permitir un régimen de visitas más normal.
El joven de los Tsarnaev, nacido de una familia originaria del conflictivo Daguestán ruso, pero con ciudadanía estadounidense, podría dejar de tener que verse con sus dos hermanas, las únicas familiares directas en EE.UU., con la constante presencia de un agente del FBI.
David Bruck, uno de los abogados de la defensa, consideró vital presenciar sin interferencias los contactos entre Dzhokhar y sus hermanas para conocer a fondo la historia de la familia y determinar la influencia de la figura de Tamerlán, fallecido en la persecución tres días después del atentado.
«Este caso va a ser en gran medida sobre la historia de una familia y las relacione entre ellos», indicó Bruck, adelantando que la estrategia de la defensa se centrará en cargar las culpas en Tamerlán y determinar que era un mero cómplice embaucado por su hermano.
Con este mismo objetivo, la defensa pidió hoy tener acceso a la información de que dispone el Gobierno estadounidense sobre un triple asesinato ocurrido en 2011 en las cercanías de Boston, del que después del atentado se culpó a Tamerlán.
En ese asesinato, descrito por los investigadores como de un gran sadismo, también estaba implicado Ibragim Todashev, que murió por los disparos del FBI en mayo de 2013 tras aparentemente confesar su participación en el asesinato y detallar hasta qué punto estaba al corriente Dzhokhar.
El juez ha prometido aclarar en junio si la defensa tiene derecho a conocer detalles del interrogatorio de Todashev, algo a lo que se niega el ministerio público.
La defensa quiere demostrar que Tamerlán era un asesino sin escrúpulos que inspiraba miedo a Dzhokhar, que no obstante trabajó durante meses con su hermano en la fabricación de las dos ollas a presión que colocaron en la maratón sin levantar sospechas entre sus compañeros de universidad.
Otro de los asuntos de los que se ocupó la vista fue determinar si la defensa tiene derecho a pedir que no se admitan pruebas obtenidas con programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) revelados por el antiguo empleado Edward Snowden.
La fiscalía zanjó esa posibilidad al asegurar que no van a presentar ese tipo de información en el juicio.
En la vista de algo más de una hora estuvo presente Marc Fucarile, uno de los supervivientes, quien sufrió la amputación de la pierna derecha por encima de la rodilla y hoy no quiso realizar comentarios mientras el proceso previo al juicio sigue en marcha.