Qaraqosh es uno de los últimos refugios que quedan para los cristianos del norte de Irak.
Esta histórica ciudad de 50.000 personas de población, mayoritariamente cristiana, está a escasos 30 kilómetros de Mosul, ciudad de la que han marchado todos los cristianos para escapar de la violencia de los yihadistas de Estado Islámico.
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Qaraqosh sirve ahora de refugio para miles de cristianos, que sobreviven, acogidos por la Iglesia, en escuelas, salas de catequesis y casas abandonadas.
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Viven sin comida, sin luz, ni agua y no saben si podrán volver a Mosul, donde no les queda nada. Los yihadistas les han robado sus hogares y todas sus pertenencias personales.
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Desde que Estado Islámico invadió la ciudad de Mosul en junio de este año, los cristianos viven una situación trágica. Con el aumento de la población tras la llegada de los refugiados, el agua local resulta insuficiente, por lo que la ciudad debe traer más en camiones desde las regiones kurdas del norte. Los residentes de Qaraqosh tienen que pagar 10 dólares, cantidad considerable en la zona, para rellenar los tanques de agua de la ciudad.
En las afueras de las 12 iglesias de la ciudad, la población hace cola desde las seis de la mañana hasta medianoche para conseguir sus raciones diarias de agua.
Debido a que los yihadistas tomaron por la fuerza las refinerías clave del país, el precio de la gasolina también ha aumentado de forma radical. Todo el país, octavo productor mundial, vive ahora una crisis energética debido al del petróleo.
Los Peshmerga, protectores de la ciudad
La ciudad está bajo protección de los bien armados Peshmerga, soldados kurdos cuya región autónoma está en disputa con el Gobierno de Bagdad y Estado Islámico.
Los Peshmerga existen desde que se inició el movimiento por la independencia del Kurdistán, a comienzos de los años 20. Durante la invasión de EEUU en Irak, fueron en gran parte responsables de la captura de Sadam Husein, al interceptar a uno de sus mensajeros. Al empezar la violenta crisis de este año, estos soldados kurdos defendieron Qaraqosh e impidieron que los yihadistas tomaran control de la ciudad.
Quaraqosh vive, sobre todo, gracias a la agricultura. La gran mayoría de sus habitantes son de la étnia asiria y pertenecen a la Iglesia católica siria. No obstante, la mayoría de los refugiados en la ciudad son fieles a la Iglesia católica caldea.
El Kurdistán sirve de refugio para los cristianos
Tras la caída del imperio otomano surgieron los primeros movimientos nacionalistas asirios, en su intento de solicitar a Bagdad la creación de una región en Nínive similar al Kurdistán. En los últimos años, Erbil ha tomado la avanzadilla, protegiendo el perímetro de sus aldeas y suministrando bienes que no llegan desde Bagdad.
El Kurdistán iraquí es la única región donde los cristianos son tolerados, de momento, y pueden plantear algunos derechos. Gracias al sistema de cuotas para la protección de las minorías étnicas y religiosas, se reservan al menos seis escaños a los cristianos (cinco para los caldeos, asirios y sirios y otro para los armenios) en el parlamento kurdo. Para algunas organizaciones, se trata de una estrategia para ganar votos de cara a un “sí” en el futuro referéndum para la anexión de las áreas disputadas.
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«Posiblemente el futuro de los cristianos es el Kurdistán», ha asegurado el líder de la Iglesia católica caldea, el patriarca Louis Raphael I Sako, quién dice no creer en el futuro de Irak como Estado, sino meramente como unidad simbólica. «Si Irak se rompe, la casa natural de los cristianos es con los kurdos, más que con los árabes suníes o chíes», ha añadido.
La ciudad de Erbil, capital del territorio kurdo iraquí, sirve de refugio para miles de cristianos. Allí también los servicios son limitados, a lo que hay que sumarle la dificultad de las altas temperaturas, que superan los 40 grados en esta época del año.
Se especula que ahora un 70% de las medicinas en Erbil son utilizadas por los refugiados, según un comunicado del Ministerio de Salud del Kurdistán.