El líder norcoreano, Kim Jong Un, está decidido a «convertir la península de Corea en una tierra de paz libre tanto de armas nucleares como de amenazas nucleares», de ahí el acercamiento de los últimos meses a Corea del Sur y a Estados Unidos, ha señalado el ministro.
En el caso concreto de este último país, Pyongyang mantiene un «compromiso inquebrantable» con la declaración conjunta que hicieron Kim y el presidente estadounidense, Donald Trump, tras su histórica cumbre de junio en Singapur, pero la clave para su cumplimiento pasa en la confianza mutua, ha dicho Ri.
Sin embargo, según ha explicado el ministro norcoreano, Pyongyang percibe que pese a los «gestos de buena voluntad» que ha hecho en los últimos meses no ha habido una «respuesta correspondiente» del lado estadounidense, que ha insistido en que primero debe producirse la desnuclearización.
«La percepción de que las sanciones pueden ponernos de rodillas es una quimera de la gente que es ignorante sobre nosotros», ha defendido Ri, subrayando que «el problema es que la continuación de las sanciones están agudizando nuestra desconfianza» hacia Estados Unidos.
Según el jefe de la diplomacia norcoreana, el mantenimiento de las sanciones por parte de Estados Unidos es «la razón detrás del reciente punto muerto» entre los dos países, ya que Washington «confía en todos coercitivos que son letales para la generación de confianza».
Así, ha advertido de que «sin ninguna confianza en Estados Unidos no habrá confianza en nuestra seguridad nacional y bajo tales circunstancias no hay manera de que nosotros nos desarmemos unilateralmente primero».
«El compromiso del Gobierno norcoreano a la desnuclearización es sólido y firme. Sin embargo, solo es posible si Estados Unidos nos garantiza una confianza suficiente en ellos», ha recalcado Ri ante la Asamblea de la ONU.