La ONU condenó hoy la última cadena de atentados en distintos puntos de Irak que causaron decenas de muertos y casi doscientos heridos e hizo un llamamiento a los dirigentes de ese país para que resuelvan sus diferencias.
«Menos de una semana después de una ola de ataques similar, la población civil iraquí vuelve a sufrir el impacto de una nueva cadena de ataques de terrorismo mortífera», dijo ante la prensa un portavoz de la ONU, Eduardo del Buey.
El portavoz de Naciones Unidas añadió que el enviado especial para Irak, el alemán Martin Kobler, indicó en un comunicado que nada justifica «crímenes despreciables y atroces» que tienen como objetivo a la población civil.
El también jefe de la Misión de Asistencia del organismo en el país árabe (UNAMI), que extendió sus condolencias a los familiares de las víctimas, pidió a los partidos políticos que se sienten a negociar sus diferencias.
Por su parte, el alto comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres, condenó enérgicamente un ataque contra la antigua base militar estadounidense «Campamento Libertad» que dejó dos muertos y docenas de heridos.
Se trata del segundo ataque mortal contra ese campamento en lo que va de año, después de que el pasado 9 de febrero otro atentado contra ese lugar causara ocho muertes y decenas de heridos, según ACNUR.
Al menos once personas murieron este lunes, entre ellas tres policías, y otras 43 resultaron heridas en la última cadena de atentados en distintos puntos de Irak, informaron a Efe fuentes policiales.
Los miembros del ejército y la policía están llamados hoy a votar para elegir los consejos provinciales de Al Anbar y Nínive, en el oeste y el norte del país. El resto de ciudadanos de esas dos provincias están convocados para el próximo 20 de junio.
Las elecciones en Nínive y Al Anbar, donde se encuentra la ciudad de Faluya, fueron pospuestas en marzo pasado por motivos de seguridad, lo que impidió que la votación se celebrara en la fecha prevista inicialmente, el 20 de abril.
Los ataques de hoy se producen tras una jornada de violencia el domingo en Irak, donde al menos 28 personas perdieron la vida y 143 resultaron heridas en una ola de atentados, la mayoría perpetrados con coches bomba en zonas de predominio chií del sur del país.
El pasado mes de mayo fue el más sangriento en Irak desde hace más de cinco años, con la muerte de 1.045 personas en actos de violencia, según la misión de la ONU en ese país, en un repunte del sectarismo y de atentados contra las fuerzas de seguridad.