«No hay una Italia a la deriva», ha defendido el jefe de Estado al término de su encuentro en Berlín con el presidente alemán, Joachim Gauck. «No veo ningún riesgo de contagio porque para que haya contagio tiene que haber enfermedad y nosotros no hemos contraído ninguna enfermedad», ha incidido.
Asimismo, ha subrayado que el país «no está sin Gobierno en estos momentos» sino que el Ejecutivo de Mario Monti «está a cargo hasta que preste juramente el nuevo». El actual Gobierno será el que «representará a Italia en el Consejo Europeo de mitad de marzo, asumiendo todas las responsabilidades necesarias y consultando también a las fuerzas políticas surgidas de las elecciones», ha añadido, según recoge »La Stampa».
No obstante, Napolitano ha reconocido que «hay que gestionar una resultado electoral complicado» puesto que las elecciones han provocado «fragmentación y contraposición», «pero no puede ser que para que haya un resultado que nos deje más tranquilos se llegue a un acuerdo pactado sobre el resultado».
En este sentido, el jefe de Estado ha advertido de que los italianos se han «expresado libremente», «ésta es la ley de la democracia y debemos hacerla frente respetando la voluntad de los electores». En todo caso, ha remachado, «Italia no puede abandonar el camino de la construcción europea» y cumplir con su «parte de los sacrificios». «Estoy convencido de que el futuro gobierno» también seguirá esta senda europeísta, ha augurado.
El centro-izquierda liderado por Pierluigi Bersani cuenta con una amplia mayoría en la Cámara de los Diputados, gracias a la concesión automática de 340 escaños al grupo más votado, pero en el Senado solo tiene tres escaños de diferencia con el centro-derecha y está muy lejos de los 158 necesarios para la mayoría.
Así las cosas, Bersani tendió inicialmente la mano al Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo, pero el cómico dejó ayer muy claro que sus parlamentarios solo están dispuestos a respaldar «ley por ley» pero no ha dar su «confianza» al futuro gobierno, sea quien sea quien lo forme. Por otra parte, el centro-izquierda ha descartado la posibilidad de una gran coalición con el centro-derecha de Silvio Berlusconi.