Paola Noguera, Marc Felis y Natalia Guzman, alumnos de 3 º de Ingeniería de Diseño Industrial de la UPC de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), han diseñado una mochila de material flexible y base rígida para facilitar a las mujeres africanas el transporte de 30 litros de agua en sus espaldas desde las fuentes o pozos más cercanos, que suelen estar entre 1,5 y 7 kilómetros de distancia.
En Etiopía, las mujeres transportan el agua actualmente en rígidos bidones que se atan al cuerpo usando el caucho de las cámaras de aire de las bicicletas a modo de correa. Los estudiantes han aprovechado este mismo material para adaptarlo a la mochila, fabricada con poliuretano termoplástico (TPU), material flexible e impermeable, que se adapta a la espalda o postura de cada persona.
Para atar la mochila alrededor del cuerpo, los estudiantes han incorporado el mismo caucho que vienen usando las nativas porque “es un material que tienen a su alcance y si se estropea pueden reponerlo de inmediato”, explica Paola Noguera.
Otra parte importante del diseño de la mochila, llamada AWO (»si» en amárico, idioma oficial de Etiopía), es el brocal que han colocado en medio del lateral de la mochila que se abre y cierra con un tapón. Ello les evita levantar la mochila cuando más pesa, llena de agua, y con sólo presionarla por los lados la pueden verter en un recipiente. Así evitan además que se pierda agua, algo que con los bidones es difícil debido a la boca tan ancha que tienen, además de evitar tener que levantarlo a peso cada vez.
La tarea del transporte del agua desde la fuente o pozo hasta la tribu la hacen las mujeres y las niñas a partir de los 5 años. Estas suelen acarrear cada una entre 12 y 15 litros, mientras que las mujeres adultas llevan 30. Este rol es sólo de la mujer ya que los jóvenes van a la escuela del poblado para formarse, algo que para ellas es imposible dado el tiempo que les consume la recogida del agua.
Y Etiopía tiene el río más largo del planeta…
Etiopía es un país africano altamente afectado por la falta de recursos necesarios para construir infraestructuras que permitan la accesibilidad del agua potable a los ciudadanos. En él se encuentra el 85% del caudal del río Nilo, el más largo del planeta. El problema del agua no radica, entonces, en la falta de ésta, sino en los medios para explotarla y potabilizarla.
Por este motivo, cerca de 30 millones de etíopes, de un total de 82 millones, no tienen acceso a agua potable. Si definimos el concepto ‘acceso’ como una fuente de agua situada a menos de 1,5 kilómetros, incluso los etíopes más “afortunados” se enfrentan a largas caminatas.
Europa consume más de 200 litros/día por persona
El 28 de julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que son esenciales para la realización de todos los derechos humanos.
En noviembre de 2002, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales adoptó la Observación General número 15 sobre el derecho al agua. Allí establece que “el derecho humano al agua es indispensable para una vida humana digna”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son necesarios entre 50 y 100 litros de agua por persona y día para garantizar que se cubren las necesidades más básicas en materia de salud. El uso medio de agua en los países europeos oscila entre 200 y 300 litros por persona y día frente a los menos de 10 litros de los países como Etiopía, Chad, Mozambique o Burkina Fasio.
La OMS afirma también que la fuente de agua debe encontrarse a menos de mil metros del hogar y el tiempo de desplazamiento para la recogida no debería superar los 30 minutos.
Los estudios muestran que hay 884 millones de personas en el mundo que viven a más de un kilómetro de distancia de una fuente de agua. El consumo de estas personas normalmente es inferior a los 5 litros al día.