Las hormigas marabuntas son una especie agresiva, guerrera, que arrasa con todo lo que encuentra a su paso. Es esta especie la que le ha dado nombre a las ‘maras’, pandillas surgidas en El Salvador que con el correr de los años se han ido extendiendo a Guatemala, Honduras y otros países. Actualmente, el rastro de esos grupos de delincuentes y asesinos ha llegado a España.
Durante años, las maras han esparcido su violencia por el triángulo compuesto entre El Salvador, Honduras y Guatemala, pero en los últimos tiempos la persecución política y policial ha hecho que muchos integrantes de las principales maras hayan buscado otros territorios donde operar. España, y fundamentalmente Catalunya, es uno de ellos.
La socióloga Laura Etcharren se ha especializado en las maras y asegura a Teinteresa.es que tanto la ‘MS 13’ o ‘Salvatrucha’ y la ‘M18’ -las dos más conocidas y peligrosas-, así como ‘Los Ñetas’ y ‘Latin Kings’ -grupos violentos, pero sin contacto con las organizaciones criminales del mundo-, “están presentes en España”.
Según los datos que maneja la experta, se ha advertido la presencia de estos grupos en zonas de L»Hospitalet, Barcelona y Girona. “De hecho, en la capital catalana ya se ha registrado la presencia de integrantes de la mara ‘Salvatrucha’. Más precisamente en El Raval, donde y cooptan a adolescentes marroquís, rumanos e incluso originarios de Bangladesh”, añade.
A mediados de 2009, el diario El Correo publicó un artículo en el cual afirmaba que las ‘maras’ se habían cobrado su segunda víctima en Barcelona. El relato indicaba que diez personas asesinaron a un joven peruano, mientras gritaban “¡mara, mara!” y lanzaban insultos contra los ‘Latin Kings’, una de las bandas.
Etcharren señala que en L’Hospitalet, la »Mara 18» se mueve en la zona de las discotecas de Cornellà. “La policía tiene constancia de que el grupo se reúne en un bar de la avenida del Carrilet y en el parque junto al puente de Matacavalls”, detalla la socióloga, autora del libro ‘Esperando las maras. Estado embrionario en Argentina’.
Los primeros indicios en Catalunya sobre la presencia de Maras surgieron en 2008 cuando comenzaron a aparecer pintadas con las siglas ‘MS’ (‘Mara Salvatrucha’), con las cuales delimitaban su territorio. Al poco tiempo, empezaron a generarse enfrentamientos entre esa banda y la ‘Mara 18’ que, por ejemplo, incluyó el asesinato de un dominicano en una discoteca de Girona.
Un investigador de la Unidad Antipandillas de la Policía Nacional de Guatemala señala a Teinteresa.es que tienen conocimiento en ese país que las “empresas criminales” están absorbiendo a las pandillas, por lo que es esperable que se expandan tanto a países de América como de Europa. “Si no se les da la importancia que tienen las pandillas van a ir tomando el control de muchos países”, afirma el investigador.
Lazos con ETA
Etcharren ha señalado que la llegada de las maras a Catalunya ha sido posible por “su estrecha relación con ETA”. “El hecho de que las maras sean agrupaciones armadas se debe a la relación con el terrorismo que le provee armas de guerra”, añade.
Las maras, a diferencia de las simples pandillas, manejan una estructura sólida y muy amplia. Es por eso que las pandillas para mutar a maras se unen a grupos organizados que dispongan de recursos para poder extenderse y controlar regiones amplias.
El modo de operación en España es el mismo que en el triángulo compuesto por El Salvador, Guatemala y Honduras, pues la mayoría de los que han llegado a este país son salvadoreños que lograron escapar de su país y crearon nuevas células aquí. Así, se dedican a la extorsión y el narcoterrorismo. En España, además, le han sumado delitos informáticos y el tráfico de información.
Mató a su padre para entrar a una mara
En los últimos días, los maras han vuelto a ganar protagonismo y han dejado en evidencia que se están expandiendo a todo el mundo. Oscar Raúl Barrientos, peruano de 19 años, aceptó el precio que le impusieron para ingresar a la mara ‘Salvatrucha’, la misma que está presente en España: Mató a su padre
Eso le sirvió para ‘ganarse’ el tatuaje en la parte interna de su labio inferior con la sigla MSX3, que representa a esta mara e ingresar a su ‘nueva familia’. “Nunca tuve una familia. Mi mamá me abandonó cuando tenía un año y cuatro meses y mi padre fue un canalla, jamás me quiso. La mara es mi verdadera familia”, señaló el joven el día que lo capturaron en una zona pobre del diario El Callo, en Lima.
El ‘impuesto de guerra’ y el narcotráfico, sus fuentes de financiación
En El Salvador, Honduras y Guatemala existe un modus operandi que caracteriza a las maras: La extorsión. Las propias bandas lo han definido como ‘el impuesto a la guerra’, método que ha salido a la luz cuando se catalogó a San Pedro de Sula, capital económica de Honduras, como la ciudad más peligrosa del mundo.
Un investigador de la Unidad Antipandillas de la Policía Nacional de Guatemala señala que durante años las autoridades no le han dado a la problemática de las maras la importancia que tenía. “Se trataba a los pandilleros como a gente que cometía delitos menores y se enfrentaba con otras bandas”, recuerda.
Sin embargo, a partir de 2003 las maras comenzaron a implementar el llamado ‘impuesto a la guerra’. “Esto fue copiado de El Salvador. Les exigen rentas semanales a empresarios, comerciantes y gente en general a cambio de no asesinarlos”, cuenta el investigador. La gente llega a pagar entre 100 y 500 euros a la semana para preservar su vida. “Saben que los maras cumplen sus amenazas”, añade el representante de la Policía Nacional.
Una red de 70.000 miembros
Según un informe difundido el año pasado por el Banco Mundial, en Centroamérica hay más de “900 pandillas o maras” las cuales tienen cerca de 70.000 miembros. “Los jóvenes de 15 a 34 años conforman la mayor parte de sus miembros y representan la abrumadora mayoría de las víctimas de homicidio”, indica el informe.
Si bien las pandillas constituyen una de las principales fuentes de violencia, los datos oficiales de El Salvador, Guatemala y Honduras indican que sólo el 15 % de los homicidios se relacionan con estos grupos. No obstante, el estudio advierte que el 90 % de la cocaína que llega a Estados Unidos ha pasado por el corredor de Centroamérica. “El tráfico de drogas es el principal factor detrás del auge de la violencia en la región”, puntualiza.
Sólo en El Salvador, según han informado fuentes de ese país a Teinteresa.es hay alrededor de 60 mil pandilleros de la ‘Salvatrucha’ y la ‘18’. “Su operatividad es amplia. Delinquen en escuelas reclutando niños y cobrando extorsiones. Viven en barrios pobres donde habitan casas ‘destroyer’ (casa donde viven mareros), en esos lugares planifican los delitos y autorizan las ‘pegadas’ (delitos) que cometerán”, cuentan.
También están infiltrados en la Policía y la Fuerza Armada. Además, están en universidades y colegios, entre otros lugares. Si bien se desconoce la cifra que recaudan por estas actividades se habla de millones de dólares.
En las cárceles de El Salvador hay un total de 25.000 reos, 10.000 aproximadamente son parte de las pandillas »MS» y »18».
En Guatemala, según pudo saber Teinteresa.es, se estima que hay 8.000 pandilleros, de los cuales el 80% pertenece a la pandilla ‘Barrio 18’, es decir la ‘Mara 18’. El otro 20% responde a ‘Salvatrucha’, pero si bien son menos en cantidad, según el investigador, están más organizados y tienen un estrecho vínculo con el narcotráfico.
Para llevar adelante su negocio obligan a comerciantes a vender drogas en sus establecimientos. ¿Cómo? Secuestran a algún familiar o le arrojan bombas en sus casas y luego les exigen que vendan la droga. “A la gente no le queda otra que aceptar”, cuenta resignado el policía guatemalteco.