Más de 100.000 personas secundaron la segunda gran movilización de los ‘chalecos amarillos’ el 24 de noviembre. La jornada, que tuvo como principal escenario los emblemáticos Campos Elíseos de París, concluyó con choques violentos en los que la Policía recurrió a gases lacrimógenos y cañones de agua.
Macron ha denunciado estas «escenas de guerras» y los efectos que puede tener para la imagen de Francia en el exterior, según ha explicado al término del Consejo de Ministros el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux. No obstante, ha atribuido a «una minoría» los actos vandálicos.
Frente a estos alborotadores, ha añadido, el Ejecutivo galo será «inflexible», pero ha prometido intentar «poner a todo el mundo alrededor de la mesa» para escuchar las reivindicaciones de distintos colectivos. Así, aunque el Gobierno por ahora no se plantea dar marcha atrás a los nuevos impuestos sobre combustibles contaminantes, también ha asumido que no tiene sentido «la obcecación».
Las protestas, que se han repetido este lunes en distintos puntos de Francia con cortes de carreteras y bloqueos, comenzaron el 17 de noviembre y por ahora los organizadores no han dado muestras de ceder. Este lunes, los ‘chalecos amarillos’ han formalizado en un comunicado el nombramiento de ocho portavoces oficiales y han reclamado un encuentro con el Gobierno.
La Policía arrestó el sábado a más de un centenar de personas, de las cuales casi la mitad ya habían comparecido este lunes por la mañana ante el juez, según datos de la Fiscalía. Las autoridades han prolongado el arresto para al menos 28 detenidos, informa la cadena Franceinfo.