En su comunicado, la organización ha reiterado «su compromiso con las comunidades de acogida y la población refugiada en el área» y ha manifestado que «desde mediados de septiembre el equipo de MSF sobre el terreno ha estado totalmente operativo».
«Tras monitorizar la situación de cerca durante los últimos dos meses, aumentamos de forma gradual la presencia de nuestro equipo en la zona de Maban y ahora hemos vuelto a nuestra capacidad operativa total», ha dicho Samuel Theodore, jefe de la misión de MSF en el país.
La ONG opera un hospital primario y secundario en el campamento de refugiados de Doro y ofrece consultas de sanidad primaria en el hospital estatal de Bunj. «Reiteramos nuestro llamamiento a que se respete y proteja a los trabajadores e instalaciones sanitarias», ha zanjado.
MSF redujo sus actividades en Maban después de que un grupo de hombres no identificados irrumpiera en la oficina y el complejo el 23 de julio, saqueando las propiedades de la organización y el personal, incendiando una tienda llena de equipamiento y destruyendo la mayoría de vehículos y aparatos de comunicaciones, según relató la propia organización.
Sudán del Sur acoge a cerca de 300.000 refugiados, la mayoría de los estados sudaneses de Kordofán del Sur y Nilo Azul. Cerca de 144.000 de ellos residen en cuatro campamentos en el condado de Maban.
Los ataques contra convoyes y personal humanitario han sido frecuentes en el marco del conflicto en el país, en el que han muerto un total de 110 trabajadores humanitarios desde el estallido de la guerra en diciembre de 2013.