George Michael, cuatro miembros del grupo Arctic Monkeys, el actor británico Michael Caine o un prestamista condenado por violación son algunos de los 1.600 evasores que consiguieron defraudar, a través del plan de la empresa Liberty, defraudar al fisco más de 1.200 millones de libras, es decir, 1.500 millones de euros.
Según documentos que han sido filtrados al diario británico ‘The Times’, estos son sólo algunos de los personajes que, junto a otros empresarios, delincuentes, famosos, médicos del sistema sanitario público o donantes de partidos.
La técnica de Liberty es la de generar enormes “pérdidas” artificiales en paraísos fiscales cuyos miembros pueden utilizar para evitar impuestos sobre otras rentas. La famosa cantante Katie Melua confirmó que había utilizado esta vía para enviar a un paraíso fiscal cerca de medio millón de libras en 2008. Dos años después, aseguró que había pagado casi la mitad de su sueldo en impuestos e incluso fue nominada a un premio por ello.
El departamento de Ingresos y Aduanas (HMRC) lleva más de una década investigando el modo de proceder de Liberty que, si bien es legal, deberá enfrentarse a la Justicia el próximo mes de marzo.
George Michael, por su parte, habría desviado 6,2 millones de libras (7,7 millones de euros) de las ventas de sus discos y de su gira después de haber pagado 443.000 libras al Grupo Mercury Tax, una compañía de Leeds que sigue esta estrategia. El cantante dijo en 1996 que se sentía “enormemente infeliz al tener que pagar el 50% (de su sueldo) en impuestos a otro gobierno conservador” pero que estaría encantado de pagar el 50% o incluso el 60% al gobierno laborista.
Tres miembros del grupo Take That y su representante ya se vieron en esta misma situación, cuando se descubrió que habían invertido dinero en una compañía llamada Icebraker y, desde marzo de 2010, ocuparon el cargo de directores de Larkdale LLP, una de las 50 firmas que Icebraker había creado para aprovechar las exenciones fiscales que el Gobierno ofrecía a este tipo de empresas para apoyar las industrias creativas. Gary Barlow y sus dos compañeros fueron condenados a devolver más de nueve millones de libras (11 millones de euros) después de que un juez hallase que un plan de inversiones que empleaban estaba destinado principalmente a evadir impuestos.