El pánico y el caos empiezan a apoderarse de Liberia. En el país africano más afectado por el ébola, los familiares de las víctimas desafían las órdenes de cuarentena del Gobierno y dejan los cuerpos infectados de sus seres queridos en las calles para no ir a centros de aislamiento temporal, que consideran «trampas mortales».
El Gobierno del país africano ha tomado medidas como cerrar las escuelas e imponer cuarentenas en los hogares de las víctimas en su intento por frenar el brote del virus, que ya se ha cobrado al menos 961 víctimas mortales, pero los familiares de los enfermos desafían los esfuerzos gubernamentales, informa Reuters. Los cuerpos de los infectados simplemente se abandonan en las calles de la capital del país, Monrovia, a la vista de los transeúntes.
El ministro de Información liberiano, Lewis Brown, explicó que a algunas personas les pueden causar alarma las normativas que establecen descontaminar las casas de las víctimas y mantener un seguimiento de sus amigos y familiares. Teniendo en cuenta que menos de la mitad de los infectados sobreviven a la enfermedad, muchos africanos consideran que los centros de aislamiento temporal del ébola son trampas mortales.
«Sacan los cuerpos de sus hogares y los abandonan en las calles. Están exponiéndose al riesgo de contaminarse», afirmó Brown. «Estamos pidiendo a la gente que, por favor, dejen los cadáveres en sus casas y nosotros iremos a recogerlos», añadió. Asimismo, Brown dijo que las autoridades habían comenzado a incinerar los cuerpos infectados después de que las comunidades locales se opusieran a que fueran enterrados en sus barrios.
También se han registrado casos contrarios, en los que los familiares no querían revelar que sus seres queridos padecían el ébola y los mantenían en secreto en sus hogares a pesar de los intentos del Gobierno por detener la propagación del brote en una de las regiones más pobres del mundo.