Kosovo, cuya independencia no reconocen aún cinco Estados miembros, entre ellos España, es el único territorio de los Balcanes occidentales cuyos nacionales necesitan aún un visado para estancias de corta duración (hasta 90 días) en la Unión Europea.
Los eurodiputados han respaldado el inicio de las conversaciones con el Consejo con 30 votos a favor, 10 en contra y 2 abstenciones; una decisión que necesitará aún el visto bueno en una próxima sesión plenaria antes de que el asunto se negocie con los Veintiocho.
Si la medida sale adelante, los kosovares con pasaporte biométrico podrán viajar a los países de la Unión Europea (salvo Reino Unido e Irlanda) y del espacio sin fronteras Schengen sin necesidad de tramitar previamente un visado de corta duración.
El comisario de Interior, Dimitris Avramopoulos, ha aplaudido el «firme» apoyo que los eurodiputados han dado al inicio de las negociaciones propuesto en un primer momento por Bruselas, al tiempo que ha confiado en que «pronto llegue el momento en el que toda la región de los Balcanes occidentales esté exenta de visados».
La Comisión Europea ya apuntó en 2016 la posibilidad de dar este paso, pero lo condicionó a que Kosovo cumpliera los últimos dos criterios pendientes para ello, es decir, resolver las disputas fronterizas y reforzar su lucha contra la corrupción.
A pesar de que España, Rumanía, Grecia, Chipre y Eslovaquia no reconocen la independencia de Kosovo, la Unión Europea como bloque defiende la necesidad de normalizar las relaciones entre este país y Serbia como condición para su acercamiento al club comunitario.