«Condenamos la violencia y el uso excesivo de la fuerza de la Policía y otros contra los civiles que están ejerciendo su derecho constitucional a la libertad de expresión y reunión», señala el Departamento de Estado a través de su portavoz, Heather Nauert.
En el texto, Washington lamenta las muertes durante las protestas y pide «un diálogo de base amplia que implique a todos los sectores de la sociedad» para resolver la crisis política.
En particular, pide al Gobierno que permita a la prensa trabajar libremente y que restablezca la cobertura televisiva. Por último, pide al Gobierno que permita una investigación independiente y que se juzgue a los responsables de estas muertes.