Di Rupo, que en el curso de las negociaciones ha querido dimitir de sus funciones varias veces, contará en su Gobierno con ministros de seis partidos: liberales, socialistas y democristianos de ambos lados.
Aunque los nombres se los comunicará primero al rey Alberto II, las quinielas de los medios belgas colocan en el Ejecutivo a algunos de los que ya ocupan una cartera con Leterme como, por ejemplo, el liberal francófono Didier Reynders, actual responsable de Finanzas, y el democristiano flamenco Steven Vaneckere, ministro de Exteriores.
Según los medios locales, Vanackere relevaría a Reynders en el Ministerio de Finanzas y la cartera de empleo y economía estaría dirigida por un representante de los socialistas flamencos.
El acuerdo ha llegado tras meses de duras negociaciones para pactar una profunda reforma del Estado que diera más competencias a las regiones, un requisito previo irrenunciable para el lado flamenco. También ha complicado los avances en las conversaciones una reforma fiscal y la aprobación de unos presupuestos para 2012 que incluyen importantes recortes en el gasto público para hacer frente a los compromisos de déficit asumidos con la Unión Europea.
Entre tanto, Bélgica ha visto cómo los principales partidos del país acordaban dejar fuera del nuevo Gobierno a la fuerza más votada en los comicios de junio de 2010, la secesionista Nueva Alianza Flamenca (N-VA) de Bart de Weber, al que muchos acusaron de querer boicotear las negociaciones.