El gobierno de Nicolás Maduro ha dejado en la estacada a cientos de jóvenes venezolanos que estudian en el extranjero, muchos de ellos en España. Las razones no son otras que la falta de liquidez del Banco Central para realizar el cambio de moneda necesario para hacer cualquier pago con la moneda del país de destino, y la reducción de estudios considerados como prioritarios.
No se trata de la anulación de un programa de becas, sino del control sobre el cambio de divisas (CADIVI). Cada venezolano que cruce la frontera debe recibir la autorización del Gobierno para poder cambiar bolívares por otra moneda. El máximo anual se establece en 3.000 dólares. A partir de esa cantidad, tienen que «tirar de ahorros» o de dinero en bancos en otros países.
En el caso de los estudiantes, como mucho pueden cambiar bolívares por 1.370 euros mensuales (para viajes a España). Pero para recibir esa cantidad, también tienen que cumplir otro requisito, que sus estudios sean de interés para el Gobierno venezolano. La lista de grados y posgrados que son importantes para el país se ha reducido para este curso.
Los estudios en Comercio Internacional o el aprendizaje de idiomas han dejado de gozar de esa prioridad desde el mes de octubre, por lo que los estudiantes interesados en estas áreas no podrán cambiar bolívares por euros o dólares con los que pagar su formación. La decisión ha pillado a muchos jóvenes con los trámites para empezar el curso ya iniciados o incluso en el segundo o el tercer año de una carrera universitaria.
Un estudiante de Comercio Internacional afectado por esta decisión cuenta que en el email que recibió explicándole la nueva situación, se abre la posibilidad de presentar un «recurso de consideración». Es la última esperanza, por ello muchos jóvenes prefieren no hablar con los medios para denunciar la situación, por miedo a que se pueda tomar represalias contra ellos.
La razón por la que el Gobierno de Chaves aprobó esta medida, que continúa con su sucesor, Nicolás Maduro, era evitar una supuesta fuga de capitales. Según un estudiante venezolano afectado por la restricción de estudios prioritarios, «existía el mito de que los estudiantes sacaban capitales de Venezuela«. Denuncia además que las Ciencias Sociales están discriminadas en esa lista de estudios prioritarios, en favor de las ciencias puras, las ingenierías como Agrónomos o el Turismo.
Joven, titulado y de clase media
Venezuela no hace públicos ningún dato sobre movimientos migratorios desde el año 2000. Según un estudio realizado por el sociólogo venezolano Tomás Páez, alrededor de un millón de venezolanos viven fuera de su país, un 4% de la población. El destino preferido es Estados Unidos (alrededor de 260.000), que principalmente se ubican en Miami. Le sigue España con 200.000 e Italia con 130.000.
En los últimos dos años de los que se tienen datos, la emigración venezolana en España, »la madre patria» ha crecido en más de 5.000 personas, según el INE. La crisis económica ha llevado a prácticamente el mismo número de españoles a emigrar a Venezuela. «Madrid parece Caracas» asegura otro estudiante que lleva tres años en España y ve cómo se ha incrementado el número de emigrantes tanto en Madrid como en Barcelona. Cuenta cómo un viaje del líder de la oposición, Henrique Capriles a la capital española, que iba a ser secreto acabó publicado en los perfiles de Twitter e Instagram de muchos venezolanos que le vieron «de incógnito» y le reconocieron en la calle Preciados.
El mismo informe de Tomás Páez arroja otro dato desalentador para el futuro de Venezuela: el 90% de los emigrantes disponen de un título universitario, el 40% un máster y el 14% son doctores. La fuga no es de capitales, sino de talento. En su mayoría son opositores al chavismo.
La principal razón por la que abandonan su país es la inseguridad. La falta de expectativas profesionales también les empuja a cruzar el charco hacia Norteamérica y Europa o a vivir en algún otro país vecino con más posibilidades. En muchos casos, tanto la inseguridad como la imposibilidad de medrar vienen ligadas a otra circunstancia: la persecución política. Muchos profesionales del mundo del periodismo y de la comunicación prefieren labrarse una carrera fuera.
Según ACNUR existen 200.000 venezolanos en todo el mundo con las características de refugiados, aunque no dispongan del estatus legal.