La jefa de la diplomacia europea, que lleva tres años como mediadora en estos contactos, ha destacado que el acuerdo preliminar alcanzado por las partes en noviembre es un «primer paso» para aclarar el trasfondo del programa nuclear iraní. Para Ashton, que ha comparecido ante la comisión de Exteriores de la Eurocámara, este primer pacto fue un «logro diplomático significativo».
Ahora, Irán y las potencias negocian la »hoja de ruta» del acuerdo preliminar, en base al cual la República Islámica ha accedido a poner freno a su industria nuclear a cambio de una reducción de las sanciones por parte de la comunidad internacional. «Lo que necesitamos ahora es su aplicación», ha subrayado Ashton.
La Alta Representante ha explicado que se reunió el martes con el viceministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, y acordaron que «las conversaciones a nivel técnico que se interrumpieron la semana pasada comenzarán de nuevo este jueves».
En virtud del acuerdo, Irán se ha comprometido a detener el enriquecimiento de uranio por encima del 5 por ciento y a desmantelar las conexiones técnicas necesarias para enriquecer uranio por encima de este porcentaje, así como a neutralizar su almacén de uranio enriquecido cerca del 20 por ciento, diluirlo hasta por debajo del 5 por ciento o convertirlo a una forma no apta para el mayor enriquecimiento.
Asimismo, Teherán se ha comprometido a detener el avance de su capacidad de enriquecimiento de uranio, comprometiéndose a no instalar nuevas centrifugadoras de ningún tipo, a dejar inoperativa la mitad de las centrifugadoras en la central nuclear de Natanz y tres cuartas partes de las instaladas en Fordow y a detener cualquier tipo de actividad en el reactor de agua pesada en Arak. Teherán también se compromete a dar acceso a los inspectores de la AIEA.
Irán ha obtenido por su parte el reconocimiento a su derecho a enriquecer uranio para fines pacíficos, la suspensión de «ciertas sanciones» referentes al oro y a los metales preciosos, al sector automovilístico y a las exportaciones petroquímicas y se permitirá que mantenga el nivel de venta de petróleo en el nivel actual y obtener ciertos ingresos de venta. Tampoco se impondrán nuevas sanciones contra Irán por su programa nuclear en los próximos seis meses si Teherán cumple con sus compromisos.
El acuerdo preliminar tendría una duración de seis meses, prorrogables si ambas partes lo deciden, con el objetivo de dar tiempo a firmar un acuerdo definitivo sobre el programa nuclear iraní, en un plazo no superior al año desde que se comience a aplicar el acuerdo preliminar.