Alexis Tsipras es visto por muchos de sus ciudadanos como un auténtico rescatador, el político carismático y honesto que va a frenar, previsiblemente, las exigencias que la troika Europea ha estipulado con el tema de la deuda griega.
Su ascenso comenzó en 2012, allá por junio, cuando se consolidó como el líder en de la oposición a Andonis Samarás, la cabeza de Nueva Democracia en Grecia.
Alexis Tsipras nació en Atenas en 1974. Hizo estudios de ingeniería civil en la Universidad Técnica Nacional de Atenas. Tras diplomarse en 2000, inició unos estudios sobre planificación territorial en el marco de un programa interdepartamental de su universidad. Asimismo empezó a trabajar como ingeniero civil en el sector de la construcción.
Tsipras comenzó a desarrollar su afán por la política desde la misma universidad. Sus inicios en la política tienen que ver con el Partido Comunista griego, el KKE, pero no fue hasta 2006, cuando fue propuesto para alcalde de Atenas cuando comenzó a acaparar titulares de la prensa. En esta ocasión se postulaba como candidato con los apoyos de Synapismos y el resto de fuerzas aliadas de Syriza.
Sus intervenciones eran más modestas aunque su discurso seguía siendo revolucionario. En una entrevista de su etapa estudiantil explicaba a la televisión pública que las ocupaciones de las escuelas las hacían porque este era su derecho a decidir, su derecho a decidir en contra de los preceptos de la nueva ley educativa que adoptó Grecia.
En sus comienzos su actitud es más sosegada y menos confiada, no como la que muestra ahora en sus míntines, más directa al público y a los ciudadanos. Apuesta claramente por un cambio. Sus movimientos son menos bruscos, más calmados. Aquí todavía no había dado el salto a la política nacional.
En 2008 su gesto cambia, mira más directamente a las cámaras, se va haciendo más profesional, adquiere la talla de un político a nivel nacional. Desde sus inicios en el partido comunista griego va pasando por una serie de etapas, en 2004 es cuando se forma la amalgama de su formación actual, de Syriza.
Esta agrupa a ideologías de diferentes estilos, como ecologistas, maoístas, trotskistas y otras partes de la izquierda radical. En 2010 su ideología produce una escisión en el seno del partido que provoca la aparición de un grupo más moderado: DIMAR.
Un Tsipras que comenzó a formarse políticamente en los círculos universitarios es el que en 2012 se convierte en el principal líder de la oposición, entonces comienza a despuntar su carrera y sus frases se hacen más directas y los ciudadanos comienzan a congeniar con él. «La austeridad ha fracasado, no hay ninguna razón lógica para continuar con una medicina que propaga la metástasis», predicaba el líder de Syriza.
En sus máximas hay referencias a la palabra pueblo, es el pueblo griego el que tiene que acompañarlos en el camino de las elecciones. «Hay que negociar con la troika sin tener las manos atadas», espetaba.
Su programa, llamado Salónica, es el que ha desatado más frases célebres de Syriza. En este, que fue presentado por Tsipras en septiembre como el programa de los primeros cien días de Gobierno, Syriza plantea una serie de medidas «innegociables» de ayuda a los más necesitados y a impulsar la economía.
De los mercados, decía en el pasado 2014, «los mercados están haciendo su trabajo, que es ganar dinero», a lo que añadía «nosotros estamos haciendo nuestro trabajo, que es proteger los intereses del pueblo griego. Pero lo importante es quién toca la flauta. Seremos nosotros los que tocaremos la flauta y los mercados bailarán al compás».
¿Una moderación de su discurso?
En un principio Syriza habló de una ruptura total con el tema de la deuda. Ha dicho que quería romper su vinculación con la troika, que no estaba de acuerdo con los postulados de la deuda. Su moderación ha ido más en la senda de las medidas que por la vía del discurso, pues sus frases siguen siendo contundentes y sus gestos recuerdan a los líderes de la izquierda clásica.
No obstante ahora se postulan a favor de «renegociar», que ya no es lo mismo que «romper», puesto que ahora necesitan los pactos o la mayoría absoluta para lograr ese cambio para con las obligaciones que les impuso la Eurozona.
Las nacionalizaciones de las empresas estratégicas estaban dentro de su programa electoral y también la creación de 200.000 puestos de trabajo estatales. Pero este era el discurso primerizo de 2012. Ahora Tsipras propone garantizar los depósitos.
También proponían la salida de la OTAN, mientras que en los últimos tiempos han señalado que prefieren que la organización se disuelva.
Un líder de masas
Este jueves ha quedado patente que el joven que apuntaba maneras en la universidad se ha convertido en un líder de masas. Así lo dejó ver en el último mitin de la campaña, celebrado en una concurrida plaza ateniense de Omonia. Allí compartió el acto con el que se considera su homólogo español: Pablo Iglesias, que fue recibido con gran aclamación entre el público.
«A partir de lunes acabamos con la humillación nacional y con las órdenes del extranjero», dijo en este gran baño de masas. «Nadie puede pararnos», exclamó ante la gran multitud.
Pablo Iglesias fue la gran estrella invitada de la noche, que incluso se atrevió a dirigirse a la muchedumbre en griego y que finalizó su discurso con un guiño hacia sus colegas griegos: «Syriza, Podemos, ¡Venceremos!».