Contenido patrocinado
La idea de que los neumáticos tienen fecha de vencimiento está tan extendida que gran parte de la población da por hecho su veracidad, si bien esta afirmación es un mito, y es el estado de conservación de los neumáticos a lo que verdaderamente hay que prestar atención.
El sector del automóvil muestra su preocupación frente a la desinformación de los ciudadanos con respecto a la caducidad de los neumáticos y, en general, al cuidado y conservación que se debe hacer de los mismos.
“La caducidad de los neumáticos es un mito, lo importante es su estado de conservación”, indican desde Neumáticos Km0, red de talleres de referencia y especialistas en neumáticos, donde se puede acudir a consultar cualquier duda al respecto. Asimismo, destacan la importancia desaber interpretar esta pieza del vehículo adecuadamente, así como de conocer los diversos factores que pueden incidir sobre su desgaste.
Basta aclarar que, la normativa actual indica que todos los neumáticos recién salidos de fábrica deben contener en su flanco el DOT, un código de cuatro cifras que hace referencia a su fecha de fabricación, sirviendo las dos primeras para representar la semana de fabricación y, las dos últimas, el año.
Por tanto, no hay que confundir el código de fabricación con la fecha de caducidad de los neumáticos. Y tampoco hay ningún reglamento que indique una fecha limite entre la fecha de fabricación y la fecha de sustitución, porque los neumáticos no caducan, y serán otros factores los que determinen la necesidad de un cambio de ruedas.
Lo que sí existen son una serie de recomendaciones por parte de organismos internacionales, como la Organización Técnica Europea de Neumáticos y Llantas, responsable de establecer los requisitos que han de cumplir los neumáticos fabricados y comercializados dentro de la Unión Europea.
Concretamente, dicho organismo encomienda a la población que se solicite a un especialista la revisión de las ruedas de forma anual una vez hayan pasado cinco años desde su fecha de montaje y, finalmente, cambiarlas cuando pasen diez años desde dicha fecha, por simple precaución, aunque estas no hayan alcanzado el nivel mínimo de desgaste legal permitido.
Es decir, lo realmente importante es la fecha de montaje y no la fecha de fabricación, ya que un neumático puede ser fabricado hoy, ser almacenado en condiciones optimas y ser montado dentro de 3 años con todas las garantías.
Concretamente, lo que es verídico decir es que sí envejecen los neumáticos, y es el paso del tiempo lo que hace que la rueda pierda propiedades, junto con las inclemencias atmosféricas, las condiciones de la carretera, el adecuado mantenimiento de las ruedas, o el modo de conducción de cada automovilista, etc.
Todo lo mencionado ejerce un desgaste paulatino sobre la banda de rodadura, que no puede sobrepasar el límite mínimo legal permitido de 1,6 mm. Es en este momento cuando hay que cambiar los neumáticos.
Es imprescindible revisar el estado de los neumáticos de forma periódica para garantizar la mayor seguridad en carretera
Más allá del arraigado mito de la caducidad de los neumáticos, otra de las grandes preocupaciones de los profesionales del sector automovilístico es la dejadez de los conductores en cuanto al mantenimiento de las ruedas.
Lo cierto es que son varios los estudios que han abordado este tema. Uno de ellos ha sido elaborado por Acierto.com y revela que cercadel 60% de los conductores españoles no cambia sus neumáticos cuando procede.
Conductores que tampoco los revisan cuando es necesario, por ejemplo, antes de un viaje; ni tienen en cuenta el control de aspectos claves para su mantenimiento, como la presión.Tal y como se muestra en un estudio realizado por Hella, proveedor global de productos para la industria del automóvil, el 74% de los coches circulan con una presión inadecuada de sus neumáticos.
Por otro lado, el estudio de Acierto.com también indica que casi la mitad de los conductores solo procedería con las revisiones de los neumáticos si detectase un problema, y que el 18% ignora cuándo realizarlas.
En ese caso, lo recomendado por los expertos es acudir a un taller profesional, y hacer caso a la recomendación de revisar de forma periódica los neumáticos, teniendo en cuenta que se trata del único elemento del vehículo que está en contacto con la carretera y que, por tanto, su bienestar es vital.
Dicho esto, también son varios los estudios y noticias que reflejan la importancia de esta recomendación, argumentadas con cifras alarmantes con respecto a siniestros y accidentes que se han producido como consecuencia de la mala conservación y mantenimiento de los neumáticos. Como los últimos datos de Euromaster, que indican que el30% de las incidencias registradas durante los meses de invierno se debe almal estado de los neumáticos.
Una mala práctica que, además, no está exenta de multas, tal y como ha pasado en una reciente campaña de control de vehículos realizada por la DGT, en la cual se ha denunciado a más de 500 conductores por circular con los neumáticos en mal estado, entre otras cosas, por llevar una profundidad del dibujo por debajo del mínimo legal, o por circular con la presión o alineación incorrecta.
Los expertos insisten en desmentir el mito de la caducidad de los neumáticos en pos de que se preste mayor atención a su estado de conservación
En definitiva, los profesionales del automóvil aspiran a desarraigar el mito de la caducidad de los neumáticos, a favor de una mayor concienciación sobre la conservación y mantenimiento de los mismos, con el fin de aumentar la seguridad en carretera y favorecer la conservación de la rueda, aumentando, así, su vida útil.
No son pocos los siniestros que se pueden desencadenar por conducir por debajo del límite de desgaste de los neumáticos, ya que aumenta el riesgo de perder el control del vehículo, de que se produzca un reventón en la rueda, sufrir aquaplaning, o precisar de mayor distancia de frenado, entre otras cosas.
Por tanto, expertos como la OCU insisten en comprobar periódicamente la presión de los neumáticos, y en general el estado de los mismos en su totalidad, atendiendo a posibles grietas, bultos o la existencia de cristalización. Aspectos que pueden comprobarse fácilmente. Por ejemplo, un neumático cristalizado muestra una superficie dura y brillante, y se notará que su agarre ha disminuido notablemente.
En definitiva, se hace necesario zanjar el mito de la caducidad de los neumáticos en pos de atender a su estado y conservación, haciendo las revisiones periódicas pertinentes.