La iniciativa legal para impedir el fraude en el negocio esotérico le ha podido costar caro al diputado rumano Nicolae Paun. Un grupo de 15 brujas trató de entrar en el Parlamento rumano para maldecir al diputado, según informó la agencia Mediafax.
Armadas con cartas de tarot, romero y recipientes con agua maldita, las brujas de etnia gitana encontraron la resistencia de la policía en su camino hacia el despacho del diputado Nicolae Paun, representante de la minoría en el Parlamento.
«Si lo mojo con este agua se queda impotente para toda la vida», ha dicho unas de las hechiceras en referencia al líquido que llevaban. El proyecto de ley impulsado por Paun prevé penas de cárcel de entre 5 y 15 años para las personas que lleven a cabo prácticas ocultistas con fines de lucro, como leer la buenaventura o vender brebajes.
«Las víctimas son explotadas psíquica y financieramente», ha declarado a la prensa Paun, quien considera que la popularidad de la brujería entre la minoría gitana de Rumanía es uno de los motivos de su marginación y retraso. «Podemos renunciar a la ley si hacen encantamientos para sacar a Rumanía de la crisis», ha comentado irónico Paun sobre la protesta.