Como si se tratara de una segunda parte de la película ‘Siempre a tu lado’ que narra la historia basada en hechos reales de Hachiko, un perro akita japonés que durante casi diez años esperó el regreso de su dueño en una estación de ferrocarril, Capitán es ahora el protagonista de un nuevo relato que supera la ficción y traspasa los límites de la lealtad y el cariño.
Capitán había sido un regalo con el que Miguel quería sorprender a su hijo Damián a pesar de la oposición de su esposa Verónica. La desgracia llegó a esta familia cuando el 24 de marzo de 2006 Miguel murió en el hospital de Carlos Paz, en Córdoba (Argentina). Su cuerpo fue trasladado desde allí a un velatorio lejos de su hogar según publica el diario La Voz.
El perro, al ver que su dueño no regresaba a casa, se marchó para tratar de encontrarle. Al tiempo volvió al hogar, olfateó cada rincón y durante una temporada estuvo viviendo a unos metros de la casa. Sin embargo, al ver que Miguel no regresaba, Capitán decidió salir a buscarle. Verónica y su hijo lo dieron por desaparecido e incluso por muerto, pero lo que nunca se imaginaron es que al visitar la tumba de Miguel se encontrarían con Capitán que,cada día, a las seis de la tarde desde hace casi seis años se acuesta junto a la lápida de su amo.
Verónica y Damián trataron de llevarlo a casa pero tras varios intentos frustrados aceptaron su deseo. Capitán se quedó en el cementerio junto a Miguel. El domingo siguiente volvieron a visitar la tumba y el perro seguía allí. Esta vez les siguió de regreso al hogar porque habían ido caminando. Se quedó un rato con ellos en casa pero horas después volvió al cementerio.
Nadie se explica cómo Capitán pudo encontrar a Miguel, pero a día de hoy él no se aleja de su dueño. Como en la historia de Hachiko, todo el mundo le conoce en la zona. Marta, una florista, asegura que cuando el perro llegó tenía una pata delantera rota, así que llamaron al veterinario que se la entablilló, y ellos se encargaron de darle antiinflamatorios.
Todos en el barrio quieren a Capitán, le cuidan y se preocupan por él. Héctor Baccega, director del Cementerio municipal de Villa Carlos Paz, no da crédito a esta historia, y no entiende cómo el perro pudo dar con el lugar en el que estaba Miguel. Aunque lo que realmente le asombra es la lealtad que un animal puede mostrar hacia su amo viéndole cada día desde hace seis años acostarse junto a la tumba de Miguel.