El sistema bancario de Portugal ha sido capaz de soportar sin trastornos significativos, gracias en parte por el sustancial apoyo público recibido y las medidas extraordinarias desplegadas por el Banco Central Europeo (BCE), señaló la institución internacional.
«Sin embargo, como el Banco de Portugal reconoce, persisten bolsas de vulnerabilidad, que justifican medidas correctivas en algunos casos y una supervisión intrusiva en otros», añadió el FMI.
Las acciones de Banco Espirito Santo (BES) fueron suspendidas de negociación en la Bolsa de Lisboa a media sesión cuando registraban un desplome del 17,24%, lo que amplía al 50% su depreciación desde finales de mayo, a la espera de la publicación de información relevante por parte de la entidad.
Horas antes, las acciones de ESFG, principal accionista del BES con una participación del 25,1%, también habían sido suspendidas de negociación a petición de la propia entidad ante las «dificultades materiales» de su mayor partícipe, Espírito Santo International (ESI) y la exposición de ESFG a esa compañía.