Europa ha celebrado este miércoles el estado sobre el debate de la unión, donde el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha anunciado un endurecimiento de la política migratoria para los próximos meses. En el que ha sido su último discurso como líder del Gobierno Europeo, Juncker ha propuesto esta nueva medida para así frenar el ascenso de los populismos de extrema derecha que gracias a la crisis migratoria han escalado posiciones en los sondeos, y en las elecciones nacionales, con sus propuestas xenófobas contra las miles de personas que llegan a través del mar Mediterráneo a Europa.
La nueva propuesta que llegará en forma de directiva, además de endurecer las fronteras, contará con un fondo de 10.400 millones de euros para que los países puedan agilizar las devoluciones hasta 2021. Desde Bruselas calculan que en 2017 solo se ejecutaron el 36,6% de las órdenes de expulsión.
La medida pone en marcha una campaña electoral que se prevé muy intensa ante unos resultados inciertos. La derecha europea tendrá que pelear con partidos populistas con un discurso antiinmigración, de cierre de fronteras y de vuelta al nacionalismo lo más antieuropeísta posible.
Entre las propuestas está la creación de una Guardia federal de costas y de fronteras que ayudarán los países costeros para frenar la llegada. La Comisión Europea espera contar con hasta 10.000 efectivos. El Gobierno europeo pretende que este cuerpo tenga fuerza y un papel preponderante, para que el coste también lo asuma el prepuesto comunitario.
Primer paso para vetar a Hungría
La extrema derecha y populista se ha mostrado de forma clara en Hungría y este martes el Parlamento Europeo ha dado un golpe en la mesa. La Eurocámara ha iniciado el trámite para aplicar el artículo 7 del Tratado de la Unión por la vulneración de los “valores fundacionales de la UE”. El informe que se ha votado denuncia que el Gobierno de Viktor Orban ha vulnerado los derechos de los migrantes, de la libertad de prensa o de la independencia universitaria. De los 693 votos emitidos, 197 han votado en contra pero 448 a favor. 48 eurodiputados se han abstenido, entre ellos los del PP español.
Esta medida implicaría que Hungría no tendrá derecho a voto en el Consejo Europeo. Es la primera vez que el Parlamento Europeo da este paso, aunque para que el llamado ‘botón nuclear’ llegara a ser efectivo es necesario que así lo decidan de manera unánime los Estados miembros, lo que hace poco probable que el castigo llegue a aplicarse contra Budapest.
El propio Orban asistió la víspera al pleno de Estrasburgo (Francia) para dirigirse directamente a los eurodiputados y acusarles de «chantaje» a Budapest por su política migratoria. El primer ministro húngaro afeó a los eurodiputados que «echen por tierra» los esfuerzos de su Gobierno para dialogar y pactar con el Consejo y la Comisión Europea cambios a sus reformas más polémicas.
El PPE, grupo al que está adscrito el partido de Orban, Fidesz, decidió finalmente a última hora dar libertad de voto a sus eurodiputados, mientras que su líder en la Eurocámara y primer aspirante a ser el candidato ‘popular’ en las elecciones de mayo, Manfred Weber, anunció que su voto iba a ser el de activar el artículo 7. La delegación del PP español ha optado por la abstención, según han informado a Europa Press fuentes parlamentarias.