Los casos siguen sucediendo y las mujeres continúan siendo asesinadas. Este fin de semana, una niña de dos años fue degollada, presuntamente, por su padre en Alzira. Su madre quería separarse y él decidió que esta era la mejor forma de vengarse.
La semana pasada, en Elda, un niño de tres años vio cómo su padre asesinaba a tiros a su madre, cuando ella iba a recogerle al colegio. La mujer llegó al hospital, le indujeron el coma y 24 horas después murió.
En el Tribunal Superior de Navarra, ha comenzado hoy el juicio contra ‘La Manada’. El grupo de cinco amigos que, presuntamente, en 2016, violó a una joven en las Fiestas de San Fermín. Ahora, están en el banquillo frente al juez y la Fiscalía pide 22 años de cárcel para cada uno de ellos.
Estos casos están actualmente en las portadas de todos los periódicos. Las mujeres continúan sufriendo el maltrato y no todas denuncian.
El miedo a las represalias y la falta de un ingreso económico fijo son las dos principales causas por las que las mujeres deciden no denunciar a sus maltratadores. Siete de cada diez víctimas no dan el paso por estos motivos según se recoge de un informe de la Fundación Adecco basado en 500 entrevistas realizadas a mujeres maltratadas. El 82% de ellas admite que le costó muchísimo reconocer su condición de víctima.
El 70% reconoce que la precaria situación económica que tendría tras dar el paso fue el principal motivo para no denunciar a su agresor; además de las posibles represalias que tendrían para ellas o para sus hijos. Además, un 61% también admitió que no denunció por “vergüenza” a reconocer su situación y el 50% para no perjudicar a su agresor.
No son estas las únicas circunstancias por las que una mujer no acude a las autoridades. Un 46% lo achaca a la inseguridad jurídica que sienten, un 38% a la esperanza de un posible cambio por parte de sus parejas o un 25% por sus hijos y su familia.
El informe hace hincapié en cómo las denuncias cayeron entre el año 2008 y 2013, justo los años de la crisis económico. En el año 2016, cuando los datos comenzaron a mejorar, las denuncias aumentaron: en los dos primeros trimestres del año se contabilizaron un 18% más de denuncias. El año terminó con una cifra récord.
La mayoría de las encuestadas que encontraron un empleo tras denunciar su situación, un 83% asegura que éste ha sido clave en su proceso de recuperación personal, permitiéndole normalizar, dignificar y reconducir su vida.