¿Quién no se ha encontrado un termómetro de calle en verano que marca temperaturas elevadísimas? No son fiables. El director de Sirimiri Consulting, Eduardo Román, explica que los mercurios colocados en las calles “siempre miden más de los grados que hay en realidad”.
No te puedes fiar de un termómetro que marque 48 grados ya que el valor más alto que se ha registrado en España no ha superado nunca oficialmente los 47ºC.
“El problema está en que estos mercurios ‘públicos’ no se encuentran en las condiciones adecuadas para medir la temperatura del ambiente. Algunas de las reglas para que uno de estos aparatos funcione como debe se basan en una altura media del suelo, colocados sobre césped y no sobre asfalto o que tenga algún tipo de ventilación”, comenta el meteorólogo.
Y eso en España no se cumple ya que la mayoría de estos termómetros están colocados en las aceras o en las paradas de metro. “Y ya si están al sol son una bomba”, destaca Román.
Estos mercurios pueden llegar a tener una diferencia de hasta 10 grados con la temperatura real del ambiente.
“Este tipo de aparatos marcan más temperatura de la real tanto en verano como en invierno por eso es muy difícil ver los bajo cero reales”, insiste el director de Sirimiri Consulting.
Para solucionar este problema, los termómetros callejeros tendrían que funcionar a modo de paneles informativos, en los que se suministrasen los datos obtenidos por estaciones meteorológicas oficiales, que midan de forma correcta la temperatura y otras variables meteorológicas de interés, como puede ser la humedad relativa del aire, el nivel de contaminación o información para alérgicos.