El intercambio de mensajes de WhatsApp entre los miembros de las Unidades de Intervención Policial (UIP) que tuvieron que hacer frente a los radicales muestra la extrema violencia que sufrieron por parte de los manifestantes y el enfado con sus mandos policiales.
Uno de los policías señala que no recordaba una violencia tan extrema en unos altercados tras las manifestaciones contra la guerra. Los datos hablan por sí solos, 67 policías resultaron heridos. Los sindicatos piden respuestas por el número de heridos y destacan que no van a cejar en sus reivindicaciones.
Según el diario El Mundo, en estos mensajes se demuestra que la Policía pidió apoyo mil veces así como permiso para utilizar “material, y no se oía nada». Fuentes policiales ya han admitido que durante la noche del sábado se produjeron algunos errores operativos.
La secretaria general del SUP, Mónica Gracia, destacó que hubo graves «errores» en la planificación. «Incomprensiblemente se dio la orden de aguantar» el empleo de la fuerza policial. Gracia advirtió de que no hubo agentes fallecidos únicamente porque llevaban el chaleco «antitrauma», de lo contrario les hubieran matado «a navajazos».
La manifestación del pasado 22 de marzo, pese a ser una de las mayores concentraciones de antidisturbios en años, 1.700 agentes, tuvo consecuencias impredecibles y que han evidenciado importantes fallos.
Desde la UFP, aseguran con determinación que «la única intención de la administración era que cambiáramos el calendario de las movilizaciones», apunta su secretario general Victor Duque a Teinteresa.
«La orden fue aguantar, aguantar, y mantenerse en el sitio», dice el secretario general de la UFP Victor Duque a Teinteresa. «La conclusión que sacamos de todo esto es que el principal responsable es Florentino Villabona Madrera. Este señor no ha tenido previsión en el dispositivo. Se cambiaron los protocolos. Impidió que cada equipo llevara seis escopetas y lo redujo a dos», asegura.
Las explicaciones siguen sin satisfacer a los sindicatos, que insisten en reclamar las destituciones del comisario general de Seguridad Ciudadana, Florentino Villabona, y del comisario jefe de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de toda España, José Miguel Ruiz Iguzquiza.
La UFP denuncia que «contra los que te arrojan adoquines, cócteles molotov y piedras no podemos llegar al cuerpo a cuerpo. Nos redujeron el material y nos abrieron la cabeza».
«La orden fue aguantar; pelotas, no. Había observadores de derechos humanos de la OSCE», revela a ABC uno de los agentes de la Unidad de Intervención Policial que fue agredido en los disturbios del pasado sábado. Sin embargo desde la UFP niegan tajantemente que fueran espiados.
«No tenemos constancia que estuvieramos controlados por el OSCE. No sé como puede interferir eso en las manifestaciones. No sé si es más importante que habran la cabeza a un policía o le den con una pelota en la espalda a un manifestante», achaca Duque.
La violencia que se generó el pasado sábado no es nueva para los agentes. «Teníamos información de que en la manifestación había gente muy peligrosa y no entendemos por qué nos cortaron el suministro de armas», denuncia la UFP.
Durante el transcurso de la manifestación, fueron varios los mensajes privados entre los agentes pidiendo ayuda. El malestar contra los mandos policiales queda claro en estas conversaciones.
«Yo, siete puntos en la cabeza y uno en la cara. Mi inspector, 11 en la cabeza. Un oficial de mi grupo… 30 puntos y cuatro piños jodidos. Voy en el e. mando con él (…) y a mi inspector y a mí nos han pegado hasta quitarnos el casco. He perdido el conocimiento dos veces. Pero bueno, ya me han dado el alta y voy para casa. Bueno, ya estoy en casa. Esa es mi cabeza. La verdad es que esto necesita un giro hacia la profesionalidad y la excelencia. Hemos pedido apoyo mil veces así como permiso para usar material, y no se oía nada».