El Rey ha recibido hoy a los máximos responsables de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), que le han expuesto sus reivindicaciones para paliar la «gravísima situación» de estas instituciones tanto en financiación y profesorado como en investigación.
El presidente de la Conferencia y rector de la Universitat de Lleida, Roberto Fernández Díaz, encabezaba la delegación de siete representantes de la CRUE que han posado con Felipe VI para los medios gráficos en el Salón de Audiencias de la Zarzuela antes de conversar con el Monarca a puerta cerrada sobre las inquietudes y desafíos de las universidades españolas.
Según ha explicado Roberto Fernández tras la audiencia, los representantes de la CRUE han trasladado al Rey los resultados de su Asamblea General, entre los que destaca un acuerdo para «intentar que el Parlamento, mediante un Pacto de Estado, apruebe una nueva ley de Universidades», para lo que la Conferencia de Rectores pedirá a los agentes sociales ir «juntos en ese consenso».
Asimismo, los rectores han explicado a Felipe VI que la Asamblea General aprobó «una agenda de diez puntos que son fundamentales para paliar la gravísima situación por la que está ahora pasando la universidad española, tanto en financiación como en temas de profesorado, investigación y formas de gobierno de la universidad».
Junto al presidente y los vicepresidentes de la CRUE Alejandro Tiana (rector de la UNED) y Julio Luis Martínez (Universidad Pontificia de Comillas), han acudido a este encuentro con el Rey los rectores de las universidades de Granada (Pilar Aranda), Politécnica de Valencia (Francisco Mora) y Ramon Llull Fundació (Josep Maria Garrell), así como la secretaria general, María Teresa Lozano.
Felipe VI y la Reina Letizia, que concedieron su primera audiencia a los responsables de la CRUE en enero de 2015, presidieron la apertura del actual curso universitario el pasado 14 de septiembre en el paraninfo de la Universidad de Salamanca.
En aquella ocasión, el Rey destacó en su discurso el papel de las universidades como formadoras de «ciudadanos libres y responsables» que sean «capaces de decidir sobre su propio destino ligándolo al interés general y al bienestar de la colectividad», además de «fomentar la igualdad» como factor de cohesión social.