Expansión: así está afectando el »procés» a la economía catalana
La economía catalana había conseguido esquivar hasta ahora el plan independentista, pero la secesión unilateral que plantean JxSí y la CUP para el martes se salda con fugas empresariales.
Una secesión válida e internacionalmente reconocida continúa siendo un escenario muy remoto para la mayoría de inversores internacionales. Así lo han manifestado en las últimas semanas los analistas de Bank of America Merrill Lynch, ING, JPMorgan, Goldman Sachs y Moody»s.
Sin embargo, la intensificación de la escalada de tensiones de los últimos días, con la votación del 1-O y los paros del pasado martes, ha concluido con una fuga de empresas que tendrá un claro efecto negativo sobre la economía catalana.Turismo, relaciones comerciales con España y compraventa de empresas también se han visto afectadas(ver informaciones adjuntas).
ElEconomista: la República Catalana ingresaría 1.200 millones menos por la fuga de empresas
La fuga masiva de empresas complica el proyecto de independencia de Cataluña de la Generalitat y desmonta el argumento del Govern de la solvencia de una hipotética futura república catalana. Los bancos de inversión y las agencias de rating han comenzado a advertir de que la hipotética República sería totalmente inviable económicamente, y Moody»s calcula que la ruptura, que continúa viendo poco probable, hundiría la nota de la autonomía hasta caa1, lo que es igualarla a Bielorrusia, Mongolia o Irak, y que en la práctica significa que la impediría financiarse. Una quincena de empresas se llevan la sede social de Cataluña en una semana.
Además, la salida de corporaciones está poniendo de manifiesto que la capacidad recaudatoria de la Generalitat también sería inferior a la prevista por el Govern. Sólo con las fugas de empresas registradas, anunciadas si se declarara la independencia, o que se podrían hacer públicas hoy, se perderían 1.200 millones en recaudación.
Cinco Días: cómo Fainé y Oliu lograron derrotar a Puigdemont
Hace solo tres semanas que ninguna compañía catalana creía que iba a aprobar una medida tan drástica como la de trasladar su sede social y fiscal fuera de Cataluña en octubre. Había runrún de intranquilidad, pero ni analistas ni inversores acosaban a las empresas para que abandonaran su región de origen.
La banca llevaba más de dos años amenazando con drásticas medidas si el Gobierno catalán pasaba a la acción en su objetivo de independizar unilateralmente esta comunidad autónoma. Pero en ningún momento consideraba que las tensiones entre el Gobierno central y el catalán iban a radicalizarse tanto.