El Consejo de Ministros aprobó este viernes dos reales decretos que modifican la regulación de las enseñanzas universitarias y de doctorado, de forma que las universidades podrán establecer grados de 180 créditos (tres cursos), además de los 240 actuales. La norma entrará en vigor a partir del próximo mes de septiembre y tendrá carácter voluntario.
El gobierno ha insistido en subrayar que es voluntario para las universidades, por lo que no se ha establecido ningún plazo para que éstas decidan qué grados reducirán a 180 créditos o qué másteres aumentarán a 120 créditos.
En rueda de prensa, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, destacó que la “transformación” en tres cursos de los grados que en la actualidad duran cuatro supondrá un ahorro de unos 150 millones de euros a las familias “solo en tasas”, además del año de adelanto en la entrada al mercado laboral.
Wert negó que la implantación de grados de 180 créditos signifique “necesariamente” que el máster vaya a durar dos cursos (120), ya que en países como Reino Unido el sistema habitual de hecho es el de 3+1. Además, resaltó que estos sí prepararán para el ingreso al mercado laboral, y reiteró que en la actualidad solo un 20% de los graduados continúa sus estudios de máster.
Por eso, como mucho la reforma supondrá “un encarecimiento para un pequeño porcentaje de familias”, pero lo que sí está claro, dijo, es que la transformación de los grados de cuatro cursos en grados de tres significará “un ahorro importante” para otras muchas.
Wert reiteró que nada de esto se aplica al 30% de alumnos que estudian profesiones reguladas (Ciencias de la Salud, ingenierías, arquitectura…), que mantendrán el modelo actual de grados de cuatro cursos y máster habilitante.
Ninguna imposición
Por otro lado, el ministro rechazó que esta reforma sea precipitada, como sostenía el dictamen del Consejo de Estado, puesto que “no es ninguna imposición”. Cada universidad decidirá “cuándo y cómo” la pone en práctica, e incluso si la aplica.
Además, el ministro señaló que trabajan para fomentar el diálogo entre comunidades autónomas y universidades, a fin de evitar “posibles disfunciones” provocadas por la convivencia de titulaciones de tres y cuatro cursos.
Wert respondía así a las críticas de “precipitación” que desde distintos colectivos se han vertido contra el real decreto. En su opinión, esta norma viene a fomentar la internacionalización de la Universidad española, pues facilitará el acceso de alumnos extranjeros, sobre todo a los másteres, e impulsará la movilidad de los estudiantes.
Wert declaró que cuando se negociaba la implantación de Bolonia, España optó por un modelo “rígido de 4+1”, frente a la mayoría de los países de nuestro entorno, que optaron por sistemas “más flexibles”, con grados generalmente de tres cursos aunque con gran variedad.
Esto provocó que a muchos estudiantes extranjeros no se les reconociesen sus títulos de grado, impidiéndoles así cursar másteres en España, “lo más interesante para las universidades”, y también dificultó el reconocimiento de los estudios de doctorado de nuestros alumnos.
Solo Turquía, Armenia, Grecia, Kazajistán y Chipre mantienen un modelo “rígido como el español» y no son precisamente “los sistemas universitarios más reconocidos del mundo”.
La Conferencia de Rectores se reunirá de urgencia el lunes
La Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) ha convocado para el próximo lunes una asamblea extraordinaria con el fin de analizar el real decreto que permitirá que haya grados de 3 años más 2 de máster.
En una nota de prensa, la CRUE reitera que «no se dan las condiciones necesarias ni la oportunidad» para implantar ahora un modelo distinto que pueda contribuir a «un mayor desequilibrio» en la oferta de titulaciones universitarias.
Los rectores entienden que debería haber existido una «moratoria» en su aplicación que posibilitara la elaboración de unos criterios «homogéneos» para su implantación en todo el territorio nacional.
Los rectores creen que se produce una pérdida de homogeneidad
Sostienen que se evitarían así «contradicciones e incoherencias» en las decisiones que puedan adoptar las Comunidades Autónomas y las Universidades, produciendo una «pérdida de homogeneidad» en el sistema universitario español.
El presidente de la CRUE, Manuel López, afirmó recientemente que la posibilidad de que coexistan grados de entre 180 (tres años) y 240 créditos (cuatro años) provocará «contradicciones y confusiones» para los alumnos y la sociedad.
Por ello, López pidió «una moratoria de dos años» para acordar esos criterios en las instituciones docentes porque, de no ser así, losestudiantes pueden encontrarse una misma titulación de grado de tres o de cuatro años, según las universidades, «de forma inmediata».
Los sindicatos de estudiantes creen que devalúa el título universitario
«Wert nos va a tener enfrente, dicen los estudiantes, lo que por otra parte no es novedad. Tampoco lo es la frase, «no les vamos dejar que el acaben con el derecho de estudio de los hijos de los trabajadores». Pero yendo a lo nuclear de la reforma, las objeciones de los sindicatos de estudiantes son las siguientes: «Las titulaciones universitarias se devalúan pasando de cuatro años a tres, entre grado y máster que son 20.000 euros, algo que la inmensa mayoría de las familias no puede pagar. Quieren echar de la universidad a las personas con menores recursos». Otra de las críticas es que se despedirá a miles de profesores. Es una forma indirecta de contribuir a la financiación de la universidad privada.