Los paisajes en la región austríaca de Tirol son de cuento. Cabañas de madera, montañas nevadas y bosques frondosos son habituales en esta región que posee más de 90 glaciares en los cuales buena parte de los 700.000 tiroleses practican esquí.
Está estipulado como sueldo mínimo 690 euros. Sin embargo, un estudiante que acaba la carrera o una persona que logra conseguir su primer trabajo en una empresa de mediana importancia gana un sueldo inicial que ronda los 1.500 euros.
A ese ingreso, se le suman una serie de ayudas que el propio Estado le otorga a los ciudadanos. Al igual que en España, los pocos desempleados de esta región tienen derecho a cobrar el paro, un 80% del salario que percibían en su último empleo. El límite para el cobro de este subsidio es 16.000 euros al año y no se pueden superar los dos años y medio, frente a los dos que dura en España.
No es una cifra para nada despreciable y muchos se verían tentados a permanecer los 30 meses con este beneficio. Sin embargo, en Tirol esta »trampa» no es tan sencilla. El Estado está muy encima de los desocupados, concreta entrevistas y obliga a la gente a trabajar.
Sin embargo, los empleos son mucho más flexibles que en España, especialmente para las madres, que gozan de una importante cantidad de beneficios. Las mujeres con hijos pueden trabajar dos horas por semana y, sumando las ayudas que reciben, vivir tranquilamente.
Por ser madres, las mujeres reciben una ayuda de 400 euros mensuales durante tres años. Pero al mismo tiempo el gobierno otorga una ayuda que oscila entre los 150 y los 250 euros por hijo que dura hasta que acaben los estudios. Por ejemplo, Jade, una española de 28 años, con un hijo de meses, está casada con un austríaco de 26 años que está terminando su carrera universitaria y todavía cobra la ayuda para los jóvenes estudiantes.Las madres también reciben beneficios menores, pero significativos como pagar una tarifa diferenciada en el transporte público.
El paisaje predominante en esta región es la montaña y la nieve. El clima, por ende, no es lo más agradable. En algunas zonas de la región llegan a vivir dos meses al año sin ver el sol. Sin embargo, esto se compensa con una calidad de vida muy superior a la de España. Los tiroleses destacan, por ejemplo, el nivel de la sanidad, que es pública y, a diferencia de España, incluye todo tipo de tratamiento odontológico.
Los alimentos en Tirol son costosos. Un kilo de patatas, por ejemplo, cuesta 3,5 euros, mientras que cada alcachofa cuesta 1 euro.
Uno de los datos llamativos de esta región, en la cual la Iglesia Católica no recibe ningún tipo de ayuda del Estado, pues aún perdura un mandato de Hitler que les retiró las ayudas económicas oficiales y obligó a que se financien sólo con el aporte de los fieles, es que el 50% de la población es divorciada.
La ciudad más importante de la región es Innsbruck, donde se han realizado tres Juegos Olímpicos de Invierno, en 1964, 1976 y 2012. Allí las edificaciones con colores pasteles y los originales techos que se asemejan a los picos montañosos que se aprecian de fondo le dan un encanto especial a esta ciudad, también conocida por el museo Swarovski, donde se exhiben diversos tipos de vidrios y espectaculares trabajos con este material.
Salzburgo, cine y Mozart
Esta región con poco más de 500.000 habitantes, vive en torno a la ciudad capital, del mismo nombre, donde vive casi el 30% de la población de la región. El nivel de vida en Salzburgo, una región con apenas 2,5% de paro, es de los más altos de Europa, a pesar de que la región (y la ciudad especialmente) es la más cara de Austria, por encima de Viena, capital del país.
Durante nueve meses del año la lluvia es protagonista, mientras que en los tres restantes se hace presente la nieve. Pese a estas condiciones climáticas, la gente prefiere no depender del metro o los automóviles y se mueve en bicicleta. No sólo los jóvenes, sino empresarios, ancianos y hasta monjas. Una vez que llegan a su destino apoyan el rodado en cualquier poste e incluso pueden dejar allí un bolso o una cartera. En Salzburgo nadie toma lo que no es suyo.
Mozart es la principal atracción de la región. La casa donde nació, la residencia en la que pasó buena parte de su vida y un festival que lleva su nombre reciben constantemente a visitantes y los propios habitantes de la región que disfrutan de asistir a los costosos espectáculos de ópera, que pueden llegar a costar hasta 1.500 euros.
Pero Mozart no ha inspirado sólo la música. Uno de los postres más tradicionales de la región se llama »Las bolas de Mozart». Se trata de unos bombones cubiertos de chocolate y con un relleno de mazapán, envueltos con un papel metalizado con la imagen del genial músico.
El cine también forma parte de la vida de Salzburgo, que lleva su nombre por la importancia que tuvieron en el pasado las minas de sal que están ubicadas en la región. Son muchos los turistas que se acercan al castillo de la familia Von Trapp, protagonistas de »Sonrisas y lágrima», una de las pellículas más destacadas de la historia del cine.
Hace pocos años, el que eligió las maravillosas postales de Salzburgo para rodar una película, fue Tom Cruise quien junto a Cameron Díaz grabaron varias escenas de »Knight and Day».
Todo este movimiento genera una importante demanda de empleo. Esto, a la vez, genera que sean muchos los extranjeros que se acerquen a aprovechar las ofertas de trabajo (especialmente en la temporada de invierno, cuando se abren las pistas de esquí), pues la demanda supera a los propios habitantes de la región y hay se generan muchas vacantes.