Pedro García Aguado regresa a Cuatro con una nueva temporada de ‘Hermano Mayor’, su programa sobre jóvenes problemáticos y violentos. Esta temporada vuelve con un libro en el que cuenta su experiencia adquirida tras las intervenciones en los hogares en las cinco temporadas del programa.
En este libro, Pedro explica la metodología y las claves para conseguir un acercamiento entre los miembros de la familia y disfruten de una convivencia sana entre todos.
¿Están aumentando el número de casos de agresiones de hijos a padres?
Se está recogiendo lo que se ha sembrado. Se ha pasado de una forma de educar muy autoritaria, muy restrictiva, a otra que ha sido demasiado permisiva. Al final los chavales que reaccionan de esta manera, si no hay ninguna psicopatología, suele ser de una mala gestión de la educación. Son padres y madres que han sido colegas de sus hijos, en lugar de padres, que les han permitido hacer todo y no les han dicho “no”.
Claro que es más fácil ser colega de tu hijo que estar diciendo que “no” continuamente y que estar peleándose con ellos, pero esto es parte de la educación. Todo este tipo de educación permisiva conlleva mucha falta de capacidad para gestionar la frustración y al final todo este coctel hace que los chavales crezcan con mucha falta de seguridad en si mismos y con un sentimiento de inutilidad que les hace vivir con miedo. Este miedo suele convertirse en agresividad contra los progenitores.
¿Por qué estos casos suelen darse más en las familias de clase media, media-alta?
El problema es que lo tienen todo y los padres al haber luchado para darle todo a los hijos no les hacen ver lo que cuestan las cosas. Se les da todo sin que se esfuercen nada. Cuando maduran y ven que las cosas cuestan mucho esfuerzo y no tiene manejo de la frustración se rebelan contra todo aquello que tendría que ser bueno. Son tiranos del bienestar.
¿Este tipo de casos suelen darse por temas de droga o alcohol?
Hay de todo. Las separaciones mal llevadas también hacen que los hijos desarrollen agresividad y falta de seguridad en sus mismos al ver que sus referentes no están equilibrados. Luego hay familias desestructuradas en las que el padre o la madre, uno dice una cosa y el otro otra, y estos hace que los hijos siempre busquen salirse con la suya. Los chavales crecen con una incapacidad para hacer frente a la adversidad.
¿Cuáles son las edades críticas?
De los 0 a los 12 años. Todo lo que no hayas hecho en este tramo de edad para que tu hijo entienda las normas, límites y consecuencias, cuando llega a la adolescencia y los chavales quieren saltarse las normas puede volverse en contra de los padres. De los 0 a los 12 años hay que sentar los valores, el “no” como respuesta, que se acepten las normal y que la figura de autoridad del padre y de la madre este bien asentada. Luego los hijos de forma natural intentarán separarse de la figura de los padres como parte de la madurez. Si llegas de una manera equilibrada a esa rebeldía no tiene un comportamiento agresivo.
¿Qué conductas de mi hijo pueden hacer que me preocupe?
El chico que no acepta las normas, que no sabe gestionar el no y el que monta una pataleta. Si no les haces entender que las normas están para cumplirse el día de mañana te va a dar problemas. Hay gente que dice: “mira que gracioso me ha dado una patada, es que es un bicho”, con el tiempo se encuentran con un gran problema.
¿Por qué agreden más a las madres y a las abuelas?
Los expertos dicen que la violencia o el sentimiento machista ha vuelto. En algunos lugares los chavales repiten patrones de conducta y al irse el padre intentan adoptar su papel y si era un maltratador, los chicos adoptan estos roles. Tenemos cada vez más comportamientos machistas dentro del hogar. Hay chicos que entienden que la forma de tratar a la mujer tiene que ser de superioridad. Además, una persona insegura va a intentar pasar por encima de los demás.
¿El problema de la educación es una cosa de extremos?
El problema es que los chavales se han acogido a esos roles machistas como si fueran los amos de las casa. Los hijos cogen el rol del macho alfa dentro del hogar y como no tiene capacidades emocionales lo hacen a través de la violencia.
¿Qué importancia tiene la droga y el alcohol en su conducta?
El problema está en que cuando se habla de las drogas se hace desde un punto de vista permisivo, cierto consumo está aceptado. “Los niños tienen que divertirse”, con frases como esta se justifica. Estamos ante unas sustancias que están haciendo mucho daño y cada vez en chavales más jóvenes. Estamos ante sustancias muy potentes que hacen daño a los chavales a muy temprana edad, cada vez consumen antes. El mensaje tiene que ser ¡ojo!, la edad de consumo de ciertas sustancias tendría que ser a partir de los 21 años porque a esa edad es cuando el cerebro ha terminado de formarse.
¿Qué debe hacer una familia si creen que en casa tiene este problema?
Tienen que ir a un especialista y tomar medidas. Hay cosas que no se pueden permitir, hay padres que se sienten culpables y se quedan bloqueados. Los padres no pueden permitir que un hijo les levante la mano, les falte al respeto o no sepa las obligaciones que tiene.
Lo que pasa es que como se les ha hecho creer que eran el centro del universo pues ellos se creen que pueden hacer lo que quieran sin consecuencias. El código civil habla de los derechos de los hijos, pero también de los deberes que tienen que son: respetar, obedecer y liberar las cargas del hogar.
Yo me he encontrado familias donde los hijos viven en unas continuas vacaciones, pero de todo, estudio, de no hacer nada en casa y encima de someter a la familia como si fueran sus sirvientes. Falta cultura en lo que respecta a la educación.
¿Puede que los padres que se han educado de una forma muy estricta no quieran eso para sus hijos?
Los que han recibido una educación muy estricta a no están traumatizados. El lado contrario no es el bueno. Tenemos que preguntarnos para que educamos a nuestros hijos, nuestros padres sabían lo difícil que era vivir y nos educaron para una sociedad difícil. Los padres de ahora no tienen que pegar, pero te tienen que exigir inculcando los mismos valores que sus padres como son el esfuerzo, la disciplina, el respeto a los mayores y unas normas que nos hagan vivir a todos en equilibrio.
¿Qué está pasando?
Nos hemos vuelto locos. Nos hemos olvidado de la educación de nuestros padres porque pensábamos que no nos servía nada y hemos dejado de ser exigentes. Hace unos días, una señora vino a la consulta y nos dijo “no quiero que mi hijo sufra”. Pues vamos mal porque los niños tiene que sufrir porque tienen que aprender a manejarse en la adversidad. Si no aprenden esto desde pequeños, de mayores pueden volverse locos porque nadie les ha enseñado. Sus padres le han vendido un cuento que no es real.
¿Has tenido miedo en alguno de los casos del programa?
Miedo físico hacia mi persona no, pero si he sentido mucha tensión porque no hagan daño a los padres. Antes de entrar en la casa vero unas imágenes que suelen ser muy dura e intento que no se vuelvan a repetir. Cuando les pongo al límite intento que no hagan daño a los padres.
¿Cuál es el caso que más te ha sorprendido?
Todos los casos son sorprendentes porque me digo ¿cómo pueden aguantar eso? Como son capaces de vivir con un tirano como ese en casa. Es increíble como al final el ser humano se adapta a lo peor, se acaba convirtiendo en una cosa cotidiana y normal, me sorprende mucho como consiguen llegar a este estado. En muchos casos se repite la historia de que el niño era un cielo de pequeño, que era el alma de la fiesta. Era el centro de atención y lo sigue siendo.
¿Mantiene el contacto con los casos?
Mantengo el contacto con algunos casos, sobre todo con los que tienen más problemas. Durante este tiempo les hemos seguido asesorando. Lo mejor de toso es que la mayoría de los casos sale para adelante.
¿Son muy importantes las personas externas a la familia a la hora de ayudar a los jóvenes?
La figura del mediador es muy importante e interesante. El problema es que se suele demonizar mucho a los chaves cuando hay que ver cuál es el origen de su comportamiento. Hay que ser compresivo, no son malas personas aunque estén confundidos. Hay que trabajar en esto antes de condenar al chaval. Si se comportan así es porque no saben comportarse de otra manera, no tiene capacidad de autocontrol cuando se frustran y tienden a la violencia.
Los chavales fuera de casa suelen ser encantadores, el foco de ira les viene por parte de los padres. Pero fuera dan una imagen diferente.
¿Los caso son al 100% reales?
Es una realidad absoluta y que cada vez está más en aumento. No se lleva al extremo a nadie, la realidad es así de brutal.
¿Cómo se puede poner la gente en contacto con vosotros?
La cadena pone un teléfono a disposición de la gente y luego hay un equipo de redactores que dejan los contactos en Facebook. Miles de personas se ponen en contacto con nosotros, pero nos llama mucha gente con menores de edad y con chavales que ya tiene problemas psicológicos.
¿Podría hacerse en España el programa ‘Terapia de Shock’?
En Estados Unidos hay un programa que se ha hecho muy popular y que es un estilo al de ‘Hermano Mayor’. Buscan chavales conflictivos, pero en lugar de que un psicólogo vaya a su casa los llevan a una cárcel. Los tiene un día entero conviviendo con presos y enseñándoles como sería su vida si acaban encerrados.
Pedro García destaca que de EEUU se trajeron el programa ‘El campamento’ sin embargo en de las cárceles no se podía hacer en España por tema legal. Todos los chicos van de chulitos pero en el momento en el que se cierra la puerta lloran. Esta es la primera reacción que tienen, pero el problema con el caso de los presos es que pueden acabar idolatrando al preso. Yo l hago con el juez de menores de Granada hemos llevado a chavales para que vean cosas y han dicho ¡uy, uy! Es una manera de abriles los ojos. Son niños mal criados, ese es el problema no son malas personas. Son niños mal criaos.