El Palacio del Marqués de Salamanca, sede madrileña de la Fundación BBVA, ha acogido a escolares de cinco autonomías en el III Encuentro Científico CSIC y Fundación BBVA en la Escuela. En total, 56 niños de entre 4 y 12 años han compartido los resultados de su experiencia científica y lo han hecho empleando la imaginación y la creatividad en su exposición: una canción para recordar en qué consiste la descomposición de la luz; togas, una botella vacía y una cubeta de agua para explicar en inglés el principio de Arquímedes; los clásicos camiones y grúas de juguete que sirven para comprobar cómo funciona el magnetismo o una dramatización en la que un jovencísimo “matrimonio” de 5 años descubre con un vaso de agua azucarada los estados de la materia y el modelo molecular.
En la inauguración del acto, tanto el presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo, como el director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo, coincidieron en elogiar la implicación de los maestros y los investigadores que colaboran en la iniciativa, así como el entusiasmo de los estudiantes que participan. “Todos ellos tienen en común el conocimiento que los investigadores generan, los maestros transmiten y los alumnos adquieren”, ha señalado Lora-Tamayo.
El director de la Fundación BBVA ha explicado que la decisión de elegir los ciclos de educación infantil y primaria tiene una importante razón de ser: “Es en esas primeras etapas educativas en las que se logra realmente transmitir la actitud científica: los valores, la forma de mirar el mundo, la apuesta definitiva por la innovación, por el conocimiento y por la exploración de la realidad”. Y en la base de esta actitud, la curiosidad, que es innata en los niños y que, como recordaba el presidente del CSIC, mueve a los investigadores.
Este año El CSIC y la Fundación BBVA en la Escuela ha llegado a quince colegios de cinco autonomías: Navarra, Asturias, Castilla y León, Andalucía y Murcia. Expertos del CSIC y de las consejerías de Educación de las comunidades autónomas han asesorado y formado a los maestros para que éstos, a su vez, organizaran actividades con sus alumnos de modo que adquieran conocimientos y se aproximen al método científico a través de la experimentación.
Al margen de los resultados que se han presentado en esta sesión ante maestros y familiares desplazados a Madrid, existe otra consecuencia intangible y que mueve a los promotores de El CSIC y la Fundación BBVA en la Escuela: despertar vocaciones. Y una vez escuchados los protagonistas, hay motivos para el optimismo. Con solo cinco años una de las participantes lo expresaba así: “Me gusta la ciencia porque con ella aprendo cosas que antes no sabía”. Otros van más allá y tras contar su experimento anuncian novedades: “¿Y sabes en qué estoy trabajando ahora? Pues estudio la fuerza con poleas de hierro, y se me da muy bien”, cuenta un científico asturiano de seis años.
Los colegios que han participado son:
Andalucía
CEIP Nuestra Señora de Gracia y CEIP Nuevo Soliva, Málaga
CEIP Cerro Alto, Espartinas y CEIP Clara Campoamor, Bormujos, Sevilla
CEIP Ángeles Martín Mateo, Alcalá de Guadaira y CEIP El Palmarillo, Dos Hermanas, Sevilla
Asturias
CP Buenavista I, Oviedo
CP Santa Bárbara, Lugones-Siero, CP Horacio Fernández Inguanzo, Morcín y CP San Bartolomé, Nava
Castilla y León
CEIP Alonso Berruguete, Valladolid
CEO de Coreses, Zamora
Murcia
CEIP Hermanos San Isidoro y Santa Florentina, Cartagena, Murcia
CEIP Nuestra Señora de los Ángeles, Murcia
Navarra
CEIP Aurizberri-Espinal