Si todo sale como quieren los burócratas europeos, en un año o dos la forma en la que se consumen y se venden los productos y servicios digitales en Europa va a cambiar drásticamente. Vodafone no podrá cobrar más a un español por sus llamadas cuando viaja a Alemania, un estonio tendrá derecho a seguir viendo las películas de su cuenta de Netflix sin ser geobloqueado cuando esté de Erasmus en Roma, y Hertz tendrá que permitir a un francés que prepare sus vacaciones en el Algarve alquilar un coche más barato directamente en la página web de la empresa en Portugal.
Bruselas quiere derribar algunas barreras comerciales virtuales en Europa. Ha preparado por ello un lote de medidas que, si todo sale como se prevé, podrán ser realidad de 2018 en adelante.
Se trata de facilitar “la competencia de las pymes europeas”, explicaba a preguntas de este diario el vicepresidente de la Comisión Europea para la agenda digital, Andrus Ansip, el pasado viernes en Bruselas. Amazon o Google pueden cumplir perfectamente con 28 legislaciones diferentes, subrayaba, pero una pequeña empresa, no. Al eliminar barreras, se favorece la competencia.
Roaming: habla como en casa
El próximo 15 de junio es la fecha definitiva de defunción de los sobrecostes al hablar o navegar en Europa, el llamado roaming. La nueva regulación, conocida como roam like at home, acaba con estos sobreprecios para los ciudadanos y pone un límite a lo que unas operadoras pueden cobrar a otras en el mercado mayorista de la compraventa de datos.
Con esta medida, la Comisión Europea dice que los ciudadanos que viajan como mínimo una vez al año van a ahorrarse unos 30 euros. Surgen varias dudas: si las compañías no repercutirán esa pérdida de ingresos en los usuarios subiendo las tarifas; cómo va a afectar esto a países de recepción de turistas como España y a los ingresos de las empresas nacionales, como Telefónica; cómo de eficaz será la exigencia de vínculos estables en el país donde se adquiere el contrato de teléfono para evitar que alguien compre una tarjeta en países baratos, como Finlandia, y las use en otros más caros, como España.
Conexiones públicas con Wifi4Europe
La Comisión ha lanzado un plan de 120 millones de euros para promocionar el wifi público en Europa. Se trata de bonos de hasta 20.000 euros para que ciudades pequeñas y pueblos de toda Europa puedan instalar la equipación necesaria. El dinero estará disponible previsiblemente a la vuelta del verano, y la fecha es importante porque se entregará a los aproximadamente 8.000 municipios que lo soliciten primero.
2020: al menos una ciudad con 5G
La UE tiene como objetivo que en el año 2020 todos los países tengan al menos una ciudad conectada con 5G, una red de alta velocidad que se ha convertido en el paradigma de la interconexión de objetos (internet de las cosas) o los coches conectados y de conducción automática. Se trata solo de una declaración de buenas intenciones, porque no hay dinero público para impulsarlo. Pretenden promover, además, que toda red ferroviaria y de carreteras tengan esa red en el año 2025. Para todo ello hacen falta 500.000 millones de euros de inversión privada.
Portabilidad de contenidos digitales
La Comisión espera que para primavera de 2018 ya sea posible aplicar la prohibición de geobloqueo del contenido digital: Si un consumidor se subscribe a Netflix o Movistar en España, tiene que poder seguir viendo su contenido en Bélgica o Eslovenia.
Se prohibirá el geobloqueo en el comercio electrónico
Quieres comprar en Ikea Bélgica y que te lo envíen a tu casa en París, pero la empresa detecta tu IP francesa y te redirige a Ikea Francia. ¿Por qué? La Unión quiere acabar con esta práctica de redireccionamiento automático, y obligar a que se haga con el consentimiento del usuario. Además, quiere que se obligue a aceptar tarjetas de crédito de otros países (en ocasiones se usa para impedir que se compre el mismo producto más barato en países vecinos).
Eliminación del “roaming” en la entrega de paquetes
Mandar un producto de Madrid a París puede costar más que hacerlo a Barcelona, pero la diferencia no debe ser prohibitiva. La Comisión dice que pretende eliminar la suerte de roaming en los envíos transfronterizos, los sobrecostes que impiden que las pequeñas y medianas empresas puedan competir con otras como Amazon o eBay. Estas, dicen, por su poder negociador siempre consiguen precios más asequibles o incluso se alían o compran empresas de mensajería para dominar el mercado.
Armonización de las licencias de contenido digital
Mucho del contenido digital actual español, alemán o francés sólo se puede ver en esos países porque, por defecto, hay que conseguir licencias específicas si se quiere emitir fuera. Al final, los creadores del contenido prefieren geobloquearlo y evitarse problemas. La Comisión está tratando de que sea al revés: por defecto se ha de poder emitir contenido online, salvo que haya un acuerdo de licencia específico. Es de prever que el fútbol u otros contenidos premium sigan teniendo licencias por país, pero hay un sinfín de programas de producción nacional propia que, si esta propuesta sale adelante, podrán verse sin problemas de licencia.
Se quiere exigir también a las plataformas de subida de contenidos, como Youtube o Vimeo, que compartan parte de los beneficios de los contenidos con los creadores que lo suben. Y que lo hagan automáticamente: se le entrega los metadatos de la obra en cuestión, y la empresa tiene que contactar con los dueños para ofrecerles parte de los beneficios que sacan por anuncios.
Que Whatsapp tenga las mismas reglas que Telefónica
¿Por qué Orange no puede usar los metadatos de cuando se hace una llamada (desde dónde, a qué hora, a dónde, etc) y Whatsapp sí? Hay un desequilibrio en la actualidad en lo que se le exige a las operadoras tradicionales a otras empresas como Whatsapp.
Hay un nuevo reglamento de protección de datos que entra en vigor en mayo de 2018, que aplican también a esos servicios.
Más en ciernes está la propuesta de que los navegadores tengan que hacer elegir a los usuarios antes de la instalación si quieren aceptar las cookies, software de seguimiento de navegación.
Sólo un registro de IVA… tal vez en 2021
Uno de los mayores problemas de las pymes es que, para vender transnacionalmente, tienen que registrarse y cumplir fiscalmente con todos los países a los que mandan sus productos. Ahora la Comisión pretende lanzar una norma que haga que los empresarios paguen solo una vez, en el lugar donde están, y luego sean las Haciendas nacionales las que hagan cuentas. Para ello, han lanzado una red de “ventanillas únicas” por países, para facilitar los trámites.