La policía anti fraude de Reino Unido ha anunciado este martes que va a investigar las alegaciones de que los principales bancos londinenses ayudaron a blanquear centenares de millones de euros a criminales rusos.
El diario The Guardian ha publicado este lunes que al menos 17 entidades financieras (entre ellos los principales, como HSBC o Barclays) del país formaron parte de una “Lavadora Global” de dinero dirigida desde Moscú por criminales rusos relacionados con el Gobierno y su agencia de espionaje FSB.
El esquema no se ciñe a Reino Unido.
De hecho, al menos 20.000 millones de dólares han salido de Rusia para ser blanqueados en bancos de todo el mundo en el período de 2010 a 2014. La cifra real podría llegar a los 80.000 millones. Todo según las más de 70.000 transacciones bancarias filtradas a 32 medios de todo el mundo, entre ellos The Guardian, por el Proyecto de Información sobre la Corrupción y el Crimen Organizado (OCCRP en sus siglas en inglés) y Novaya Gazeta
Hay hasta 500 personas implicadas, incluyendo rusos “ricos” y “influyentes políticamente” que los investigadores están tratando de identificar como parte de esta operación, llamada “Lavadora Global”.
El propio sobrino de Vladimir Putin, Igor Putin, forma parte del Consejo de uno de los bancos involucrados en el esquema. Todo según los documentos obtenidos por y compartidos con medios de 32 países.
Conexión con la “city”
Bancos como HSBC, Royal Bank of Scotland, Lloyds o Barclays tendrán que responder las preguntas de la policía sobre cuánto sabían de este esquema internacional y por qué no rechazaron las transferencias sospechosas.
“La Autoridad de Conducta Financiera y la Agencia Nacional contra el Crimen se toman estas alegaciones muy en serio“, ha asegurado este martes el secretario de economía para Hacienda Simon Kirby tras conocerse la publicación.
En total estos bancos de la “city” londinense habrían procesado cerca de 740 millones de dólares como parte de una “lavadora de dinero” operada por criminales rusos.
Los bancos internacionales tienen reglas muy estrictas y departamentos enteros dedicados a evitar el blanqueo de dinero. Una “autoregulación” que es ocasionalmente ignorada.
El HSBC, el mayor banco británico, ya fue condenado al pago de casi 2.000 millones de euros en Estados Unidos por permitir de forma masiva el blanqueo de dinero de cárteles de la droga y terroristas internacionales.
Sólo tras una intervención del Gobierno del país se paralizó la intención del departamento de Justicia de Estados Unidos de perseguirlo, además, criminalmente. El ministro de Hacienda George Osborne había advertido a Washington de que eso podría poner en peligro la estabilidad financiera global.