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La cadena de frío está vinculada al control de la temperatura de alimentos perecederos. De igual modo, se ve estrechamente relacionada con alimentos refrigerados o congelados desde que se producen hasta que llegan a su destino final: el consumidor. La utilización de frío en el mantenimiento de alimentos se emplea para minimizar la rapidez con que se alteran y estropean, así como retrasar la aparición de diversos microorganismos que provocan intoxicaciones al consumir estos alimentos.
En este sentido, para asegurar una correcta distribución y garantizar el transporte de alimentos perecederos es preciso utilizar vehículos frigoríficos. De este modo, no es difícil encontrar anuncios como alquiler de furgoneta frigorífica para desarrollar legalmente esta actividad. A día de hoy existen diferentes empresas de alquiler especializadas en este tipo de vehículos como Covey Alquiler.
¿Qué ocurre si se rompe esta cadena de frío?
En caso de que la cadena de frío se rompa en un momento determinado tendría diferentes consecuencias como las que detallamos a continuación:
- Se modifica la calidad y la naturaleza de los alimentos
- Se incrementa el peligro de contraer intoxicaciones o toxiinfecciones fruto de la ingesta de alimentos mal conservados y en consecuencia en mal estado.
- Deficiente estado de conservación de los alimentos. Este hecho aumenta la posibilidad de tener que desecharlos al no cumplir con las normas establecidas de calidad.
¿Cómo podemos saber si se ha roto la cadena de frío?
Para saber si se ha llegado a romper la cadena de frío dependerá del tipo de alimentos. En es aspecto, será más fácil comprobar el estado de los alimentos congelados, que otro tipo de alimentos refrigerados. No obstante, antes de adquirir esta clase de alimentos debes seguir estas recomendaciones:
Leer las etiquetas
Los alimentos que precisan estar refrigerados incluyen por ley en la etiqueta el texto: conservar en frío y la temperatura que necesitan. Si en la etiqueta no aparece esta leyenda y en la tienda los mantienen en frío, es una actividad nada sostenible la que presenta este establecimiento, ya que consume energía en refrigerar alimentos que no lo precisan.
Observar la temperatura
Gran cantidad de alimentos refrigerados se encuentran en cámaras que no deberían rebasar los 7 u 8º C. Los productos cárnicos y los que incluyen en su composición huevo y /o nata esta temperatura debe mantenerse por debajo de lo 3º C. Examinar la temperatura a la que se conservan los alimentos en las cámaras frigoríficas es una cuestión primordial para garantizar que la cadena de frío ha sido la adecuada y que los productos se encuentran bajo los controles de calidad e inocuidad.
Asimismo, los productos alimenticios que se encuentren congelados deben permanecer a una temperatura de -18º C. De igual modo, no deberían rebasar la marca que indica el nivel de carga máxima del arcón o cámara frigorífica.
En ese contexto, es aconsejable elegir los alimentos que se hallen en la parte más profunda del congelador. Este hecho nos garantiza que el producto se ha conservado a la temperatura idónea y de manera continua.