Que La Caixa saliera al rescate de Banca Cívica adquiriendo el grupo evitó males mayores, pero la sombra alargada de la justicia se cierne sobre los ejecutivos y consejeros del grupo que arrastraron al mercado bursátil a más de 25.000 inversores que en un abrir y cerrar de ojos ya perdían casi la mitad de su dinero. “Las cajas estamos viviendo la mayor transformación de nuestra historia” o “creo que nuestro sector, que debe su éxito a nuestra histórica capacidad de adaptación a los cambios sociales y económicos, está realizando también ahora una transformación modélica y valiente en la que nuestras señas de identidad pueden mantenerse vivas, como demuestra Banca Cívica” son algunos de los comentarios formulados por Antonio Pulido, ex copresidente de Banca Cívica, antes de la gran catástrofe.
La Audiencia Nacional ha admitido una querella presentada por Unión, Progreso y Democracia (UPyD) contra los 15 consejeros que participaron en la creación de Banca Cívica y en su posterior salida a bolsa. Les podrían caer hasta 21 años de cárcel por falseamiento de cuentas, administración fraudulenta de bienes societarios y publicidad falsa en valores negociables en mercados de valores, entre otras razones. El Estado inyectó 977 millones de euros en el grupo, que luego fueron devueltos por CaixaBank.
Algunas de las frases formuladas por Enrique Goñi, ex codirector de Banca Cívica y de Caja Navarra, en los años dorados resultan hasta cómicas. Atención: «Decidimos dejar de decidir y que lo haga el cliente por nosotros” o “Queremos que el cliente juegue un rol distinto al convencional, que se sienta como en su casa. Más de 80.000 personas han pasado en 2007 por las canchas para desarrollar actividades no financieras».