Los ministros de Economía y Finanzas de las principales economías del mundo reunidos hoy en Washington instaron hoy a EE.UU. a una actuación «urgente» para solventar una suspensión de pagos que se anticipa con resultados devastadores.
La petición se divulga cuando se cumplieron once días del cierre parcial de servicios de la Administración estadounidense y en medio de intensas negociaciones entre los legisladores republicanos y la Casa Blanca para elevar el tope de la deuda pública.
El Departamento del Tesoro sostiene que el 17 de octubre se quedará sin dinero para pagar las facturas si no se eleva el tope de la deuda, situado en 16,7 billones de dólares.
«Estados Unidos necesita una acción urgente para hacer frente a las incertidumbres fiscales a corto plazo», destacó hoy en un comunicado el Grupo de los Veinte (G20), integrado por las principales economías avanzadas y emergentes.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, se reunió hoy a puerta cerrada en la Casa Blanca durante hora y media con más de 40 senadores republicanos.
La senadora republicana Susan Collins calificó la reunión de «buena» pero «inconclusa», al destacar que hay progresos en las conversaciones.
La propuesta en la que trabajan los senadores republicanos y que hoy presentaron a Obama contempla la reapertura de la Administración federal y un aumento del techo de la deuda por tres meses, hasta final de año.
Obama también recibió el jueves a los líderes republicanos de la Cámara de Representantes, un encuentro que ambas partes calificaron de «útil» para desbloquear la negociación.
Los legisladores de la Cámara Baja proponen elevar el techo de la deuda seis semanas, hasta el 20 de noviembre, y la reapertura de la Administración durante la próxima semana.
Por otra parte, los ministros del G20 expresaron que «la recuperación mundial ha continuado, con señales iniciales de mejoría en las mayores economías avanzadas pero menor crecimiento en los emergentes».
El actual escenario macroeconómico plantea «desafíos», agregó el G20, que hizo hincapié, sobre todo, en los retos planteados por «índices de desempleo inaceptablemente altos en muchos países».
El grupo consideró, por otro lado, que un crecimiento económico más robusto y sostenido irá acompañado por una «eventual transición hacia la normalización de las políticas monetarias», y alertó de la volatilidad de flujos de capital en la actualidad.
Los ministros coincidieron en que para hacer frente a esos desafíos hay que apostar por políticas macroeconómicas sólidas y reformas estructurales.
Se comprometieron, al mismo tiempo, a asegurar que los futuros cambios en la política monetaria se analicen de forma «cuidadosa» y se comuniquen de forma «clara».
Los mercados anticipan que la Reserva Federal (Fed) revertirá en breve su programa de compra de bonos por 85.000 millones de dólares mensuales, lo que ha causado un incremento de los tipos de interés a largo plazo en EE.UU. y volatilidad en los emergentes.
Pero el tema estrella de este viernes fue la deuda estadounidense.
Anton Siluanov, ministro de Finanzas de Rusia, país que ocupa la presidencia rotatoria del G20, dijo hoy en rueda de prensa que el secretario del Tesoro de EE.UU., Jack Lew, había dejado la reunión ministerial antes de que acabase para participar en las reuniones en la Casa Blanca.
«Confiamos en que la administración y el Congreso alcanzarán una solución mutuamente aceptable», afirmó Siluanov, quien expresó su deseo de que la crisis se resuelva «lo antes posible».
El G20 cuenta entre sus miembros a la Unión Europea, el G7 (EE.UU., Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia) y Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, México, Arabia Saudí, Suráfrica, Turquía y Rusia, mientrs que España participa como invitada.