Los analistas están de acuerdo en que es sólo cuestión de tiempo que el euro y el dólar lleguen a la paridad. Las compras de deuda por parte del BCE para reactivar la economía europea y la esperada subida de tipos en Estados Unidos cuyo comienzo temen los inversores da todas las opciones a dicha posibilidad.
¿Beneficia un euro débil a España y Europa? ¿Cuáles son las mayores ventajas y los grandes riesgos? Con la cotización de la moneda única un 25% por debajo de los niveles de hace un año y con la previsión de que este descenso se ampliará aún más en los próximos meses, estás son las claves para conocer sus efectos.
-Exportaciones. Es la cara más positiva del desplome de la moneda única. Las exportaciones europeas salen ganando porque nuestros productos son más competitivos en términos de precio. Un coche español o un tren francés son más asequibles para el bolsillo de los compradores internacionales de fuera de la zona euro.
-Turismo. El euro ha caído alrededor de un 20% en el último año respecto a la media de las diez grandes divisas mundiales. Por lo tanto, la capacidad de gasto de los turistas que vienen a Europa crece exponencialmente. España es una de las grandes beneficiadas. El país se prepara en 2015 para otro año récord de turistas tras un 2014 histórico en el que rozó los 65 millones de turistas extranjeros.
-Productos propios. La caída del euro penaliza la compra de bienes y servicios en otras divisas. Por lo tanto, potencia las compras de bienes y servicios de los propios países de la zona euro, que son mucho más competitivos. Dicho de otra forma, una euro débil perjudica las importaciones.
-Los precios. Si la divisa baja, los precios deberían subir porque las compras al exterior son sensiblemente más caras. En el caso de Europa en general y de España en particular, esta situación tiene un impacto especial en las compras energéticas, por nuestra elevada dependencia. Sin embargo, el escenario actual es poco preocupante. La debilidad de los precios en la zona euro y el desplome del precio del petróleo hacen que, por ahora, la caída del euro sea perfectamente asumible.
-¿Quién pierde? Los expertos coinciden que un euro débil es absolutamente necesario para que la economía europea levante el vuelo. Sin embargo, no todos salen ganando. Pierden quienes viajan fuera de la zona euro y las empresas que de forma recurrente compran materias primas fuera de la región.