Los bancos propietarios de la mayor parte de la red de cajeros en España, es decir La Caixa (Caixabank), BBVA y Santander, han triplicado las comisiones que cobran a otras entidades más pequeñas para que sus clientes utilicen sin coste los cajeros. Según el regulador de la Competencia (CNMC), esto ayudaría a asentar la posición de las grandes entidades y afectaría a la entrada de nuevos bancos en el sistema
Desde que en marzo se produjo el cambio de sistema para que la comisión no repercutiese a los usuarios, si no que se cobrase una tasa por cada uso al cajero ajeno a la red, las grandes entidades han pasado de cobrar 0,65 euros hasta entre 1,80 y 2 euros. Este modelo ha supuesto pasar de un sistema multilateral en el que las entidades acordaban compartir su red de cajeros a cambio de una tasa previamente pactada entre ellos, a otro en el que cada entidad o grupo de entidades cobra al resto una comisión que unilateralmente decide por el uso de su red.
No repercute a los clientes
Según el primer informe tras la entrada en vigor del nuevo sistema, la CNMC indica además que no tiene constancia de que se haya producido un incremento de comisiones a los clientes de dichos cajeros, si bien indica que dado el «escaso tiempo» transcurrido desde que en marzo entrara en vigor el nuevo modelo y la «gradualidad» de su impacto, aún es pronto para saberlo.
La CNMC advierte de que es de esperar que la firma de alianzas entre entidades con menores redes y el uso de redes propias, «neutralice estos efectos».
Así, afirma que si se confirma el repliegue de los usuarios a la red de su propio banco, que es gratuita, la nueva situación no les supondría un incremento de sus costes, pero si esta red es reducida podrían verse obligados, antes o después, a recurrir a los cajeros de otras entidades, con la posible repercusión de la comisión que paga su entidad bancaria a la propietaria del cajero.
Además, apunta que si se produce una elevación generalizada de las comisiones por uso de cajeros ajenos, afectaría «con más intensidad» a los bancos con menor red y a sus clientes. No obstante, reitera que «no hay constancia de que esta situación se haya producido hasta el momento».
Las entidades pequeñas tendrían dificultades
Por el contrario, indica que a las entidades de pequeño o mediano tamaño o con una red reducida de cajeros, el cambio les ha resultado «menos ventajoso», dado que no pueden ofrecer el servicio en las mismas condiciones que antes y se ven obligadas a buscar socios con los que completar su red para prestar servicio a sus clientes o ampliar sus propias redes.
Por ello, la CNMC afirma que en la situación actual, la dimensión reducida o carencia de red «dificulta la entrada o expansión» de nuevos operadores en el mercado.
La CNMC afirma que el nuevo modelo, al propiciar un mayor uso relativo de la red propia frente a las ajenas, podría dar lugar a un repliegue de los usuarios hacia las entidades con mayor red de cajeros.
Al mismo tiempo, afirma que el nuevo modelo permite a las entidades con más cajeros rentabilizarlos mejor al aumentar su uso por clientes propios, reducir los pagos a entidades terceras y aumentar los ingresos por operación obtenidos de las retiradas de efectivo realizadas por clientes de otros bancos.
«En el nuevo sistema son las entidades propietarias de los cajeros las que marcan los precios a través de la fijación de la comisión, sin que las emisoras (de las tarjetas) tengan margen para amortiguar dicha comisión», indica la CNMC, que recuerda que el 74% de las operaciones que se realizan en los cajeros es retirada de efectivo.