El nuevo Código Ético y de Buen Gobierno del que se ha dotado la CEOE proclama que su imagen y reputación corporativa es «uno de sus activos más valiosos», por ello desarrolla toda una batería de prácticas para que ninguno de sus miembros –directivos, afiliados y empleados– dañen su reputación y al mismo tiempo denuncien a aquel que pueda ponerla en entredicho.
El texto de 16 páginas, al que ha tenido acceso Europa Press, fue aprobado por unanimidad en la Junta Directiva extraordinaria de este jueves y sustituirá al vigente Código de Buenas Prácticas en el marco de la reforma de los estatutos de la Confederación, que previsiblemente se aprobará en la Asamblea General del 18 de junio. Ahora bien, este nuevo compendio de «valores y pautas» no será de aplicación hasta el próximo 1 de septiembre.
Desde ese momento, todos los miembros de CEOE deberán evitar cualquier conducta que, «aún sin violar la ley», pueda perjudicar la reputación de la CEOE, de forma que cualquier directivo, afiliado o empleado podrá interponer una reclamación por vulneración del Código ante la Comisión de Régimen Interno, que se reunirá «cuantas veces sea necesario», con una periodicidad mínima semestral.
Al mismo tiempo, la CEOE considera que la información relativa a la organización es un objeto de «especial protección» por lo que las directrices al respecto para los afectados por el Código son muy claras.
Así, señala que «todos los obligados por este Código deben contar con la autorización necesaria para intervenir, en nombre de CEOE, ante los medios de comunicación, participar en jornadas profesionales o seminarios, y en cualquier otro estamento que pueda tener difusión pública». En estos casos, añade, «deben expresar la opinión de la CEOE y abstenerse de manifestar opiniones individuales».
CONTRA LA CORRUPCIÓN Y LOS SOBORNOS.
Por otro lado, como ya se había avanzado, el Código obliga a todo miembro a comunicar al presidente de la Comisión de Régimen Interno la apertura al mismo de «cualquier procedimiento judicial penal con trascendencia empresarial, poniendo a disposición de los órganos de Gobierno de CEOE su cargo hasta que se resuelva el asunto».
El texto entiende como procedimiento penal abierto, «cuando se formule contra el interesado escrito de acusación por el Ministerio Fiscal; o cuando se adopte contra el mismo una medida cautelar de especial importancia e intensidad; o cuando contra el afectado se dicte auto de procesamiento».
A continuación, la Junta Directiva de CEOE podrá, por mayoría simple, suspender de su cargo a esa persona y proponer a la Asamblea General el apartamiento de su cargo.
Por otro lado, el Código prohíbe expresamente a sus miembros «ni recurrir ni tolerar sobornos de, o hacia terceros». «No se podrá realizar ni ofrecer, de forma indirecta o indirecta, ningún pago en metálico, en especie o cualquier otro beneficio de ninguna clase, a cualquier persona al servicio de cualquier entidad, pública o privada, partido político o candidato a cargo público, con la intención de obtener o mantener, ilícitamente, negocios u otras ventajas», añade.
CONTRA LA MOROSIDAD.
El Código Ético contiene además un apartado sobre el régimen económico, en el que se señala que aquellos directivos y empleados con funciones de alta dirección y gestión de la CEOE tienen la obligación de mantener los registros contables con «exactitud y honestidad».
Por su parte, los afiliados a la CEOE deben mantener al día sus obligaciones de pago con la Confederación, estando obligados a cumplir las normas sobre morosidad en los pagos de las cuotas estatutarias, que se establezcan por la Junta Directiva. Y es que, desde la CEOE ya se ha avanzado que su intención es financiarse al 100% con las cuotas de su asociados desde el próximo año.
UN CÓDIGO PARA CORREGIR EXCESOS.
Tras la aprobación de este Código, el presidente de la patronal, Juan Rosell, aseguró que de esta forma los empresarios, «no es que quieran ser ejemplares, sino normales».
«Estamos en la casa de los empresarios, donde parece que muchas veces vale todo. Ha habido muchos excesos y debemos apostar por ser un poco más rigurosos con estos temas», señaló en clara alusión al escándalo que en los últimos años ha sacudido con más fuerza a la patronal, la condena de su ex presidente Gerardo Díaz Ferrán.
Así, el texto es un aviso a navegantes, tras la tormenta levantada también por los supuestos impagos a la Seguridad Social por parte del Grupo empresarial de su vicepresidente primero, Arturo Fernández.
Conscientes de la mala imagen que ha acompañado en los últimos tiempos a la CEOE, Rosell señaló que los empresarios «han querido dar un paso más con este Código para dar confianza a la sociedad».
SIGUIENTE PASO, LOS ESTATUTOS.
En cuanto a la aprobación de los nuevos estatutos de la patronal, la mayor parte de su contenido ya ha sido consensuado, pero aún tiene flecos que perfeccionar y que serán abordados en la reunión de la Junta Directiva del miércoles 22 de mayo.
Entre estas cuestiones, la que más oposición está encontrando en el seno de la CEOE está siendo la posibilidad de que grandes empresas entren en la organización como miembros de pleno derecho, según fuentes conocedoras del proceso.
Asimismo, la organización está valorando cómo afecta la nueva Ley Cameral y de que manera puede «colisionar» con la actividad propia de la CEOE.