Rusia expresó hoy su rechazo a la invitación para asistir al próximo lanzamiento por parte de Corea del Norte de un satélite con ayuda de un cohete de largo alcance, planes que han sido unánimemente condenados por la comunidad internacional.
«Teniendo en cuenta que este lanzamiento es una violación directa de la resolución 1874 del Consejo de Seguridad de la ONU, que fue votada por Rusia, Roscosmos no puede tomar parte de ninguna forma», informó hoy un portavoz de esa agencia espacial rusa a la agencia Interfax.
La fuente precisó que Pyongyang invitó a Roscosmos el mes pasado a presenciar el lanzamiento del satélite de observación terrestre Kwangmyongsong-3 con motivo del centenario del nacimiento del fundador del país, Kim Il-sung, que se celebra el 15 de abril.
La Cancillería rusa condenó de inmediato los planes de Corea del Norte, a la que llamó a «no enfrentarse a la comunidad internacional» y «abstenerse de pasos que agraven la situación en la región».
«Es bien conocido que la resolución 1874 del Consejo de Seguridad de la ONU exige a Pyongyang que renuncie a todos los lanzamientos con tecnología de misiles balísticos, independientemente de que se trate de cohetes con fines militares o de portadores civiles», apuntó.
El anuncio del lanzamiento se conoció justo después de que Corea del Norte, bajo el nuevo liderazgo de Kim Jong-un tras la muerte en diciembre de su padre, Kim Jong-il, se comprometiese con EEUU a imponer una moratoria de sus programas nucleares y de misiles a cambio de ayuda humanitaria.
El régimen estalinista ya lanzó en abril de 2009 el cohete Taepodong-2 con el satélite de comunicaciones Kwangmyongsong-2, lo que le valió la condena internacional, que interpretó que se trataba del ensayo encubierto de un misil balístico de largo alcance.
En aquella ocasión el Kremlin advirtió a Pyongyang de que no se «quedará con los brazos cruzados» en caso de que los ensayos nucleares o lanzamientos de misiles norcoreanos amenacen a los habitantes del lejano oriente ruso.
Rusia, que comparte con Corea del Norte una frontera terrestre de apenas 20 kilómetros, es uno de los seis participantes en las conversaciones nucleares multipartitas junto a ambas Coreas, China, EEUU y Japón.