El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta a una figura emergente de la nueva pintura, el australiano Jordy Kerwick (Melbourne, 1982), en el marco del programa de exposiciones dedicado a la colección de Blanca y Borja Thyssen-Bornemisza. La muestra reúne nueve obras, desde lienzos de gran formato hasta piezas más pequeñas sobre papel, entre las que se encuentran tres pinturas pertenecientes a esta colección.
Durante los primeros años de su carrera, Kerwick pintaba naturalezas muertas, primero en tonos suaves y poco a poco más coloristas y con detalles más variados. A continuación, en estas escenas de interiores aparecieron una cobra y un tigre camuflados, seres fantásticos que saltaron después al exterior, a paisajes selváticos habitados por leones y lobos, pero también por unicornios, casi siempre con dos cabezas. En su pintura reciente, el artista ha ido creando composiciones más narrativas y complejas, dejando entrever toda una mitología, en ocasiones protagonizadas por una divinidad femenina.