La iniciativa de las Capitales Europeas de la Cultura fue lanzada en 1985 con el objetivo de promover la riqueza de la diversidad cultural europea y promover el entendimiento y el sentimiento de ciudadanía europea. Más de 40 ciudades han sido designadas como tal desde su lanzamiento, incluida Vitoria-Gasteiz en 2012. Dos Estados miembros tienen derecho a acoger una capital cultural europea por año.
La comisaria de Educación y Cultura, Androulla Vassiliou, ha saludado el acuerdo preliminar de los Veintisiete sobre la nueva base legal propuesta por el Ejecutivo comunitario que permitirá garantizar la continuación de la iniciativa más allá de 2019 cuando expiran las antiguas normas que rigen su funcionamiento.
Asimismo, ha celebrado que hayan apoyado «la estructura y los principales elementos» de su propuesta como la introducción de criterios de selección «más explicitos», un panel «independiente» de expertos responsable de su selección y la apertura de la iniciativa a países candidatos a la adhesión de la UE y potenciales.
Vassiliou ha admitido que quedan «algunas» divergencias entre ambas instituciones para llegar a un acuerdo final pero ha confiado en que podrán encontrar «soluciones aceptables para todos».
La comisaria ha explicado que la Comisión mantiene una reserva al acuerdo preliminar de los Veintisiete tras admitir que «la principal divergencia» abierta para un acuerdo es determinar qué institución de la UE debe designar oficialmente a la ciudad y ha mantenido que sea la Comisión y no los Estados miembros para evitar retrasos.
«La designación por la Comisión Europea beneficiaría a las ciudades ganadoras» porque permitiría «acelerar el proceso para poder utilizar el título mucho antes, algo especialmente importante para los patrocinadores» mientras que la designación por parte de los Veintisiete provocaría «meses» de retrasos «innecesarios» en el proceso, ha defendido Vassiliou.
Con todo, la comisaria ha confiado en cerrar un acuerdo «a principios del próximo semestre» bajo presidencia lituana, algo que es crucial entre otros para poder lanzar la competición a finales de año para los candidatos en 2020.
La Eurocámara, cuya Comisión de Cultura se pronunciará sobre la propuesta previsiblemente el 28 de mayo, reclama una mayor participación de la sociedad civil en el proyecto, que se garanticen las inversiones en infraestructuras para apoyar la iniciativa y que las ciudades seleccionadas puedan utilizar distintas partidas de financiación europeas como los fondos estructurales dado el presupuesto limitado de la iniciativa en sí (un premio único de 1,5 millones de euros).
La comisaria ha recordado que la especial importancia de que los proyectos cuenten con «una dimensión fuerte europea» y ha recordado que «una de las claves del éxito» para ser seleccionadas es que los proyectos «formen parte de una estrategia para el desarrollo cultural a largo plazo» de las mismas, así como la implicación de las autoridades de los Estados miembros en la fase preparatoria.
Vassiliou ha defendido que la iniciativa promueve «enormes» beneficios culturales, sociales y económicos, además de dar «visibilidad internacional» a las ciudades europeas pero también ha dejado claro que en el actual contexto de crisis «es extremadamente importante que las ciudades tengan una estrategia clara de gestión del riesgo» y cuenten con opciones en caso de «insuficiencia» financiera para desarrollar su proyecto.
Los Veintisiete también han dado luz verde a la designación de Arhus (Dinamarca) y Paphos (Chipre) como capitales culturales europeas en 2017 y Valeta (Malta) en 2018.