El conseller de Cultura, Ferran Mascarell, ha destacado de Xifra que ha sido un creador nato y un artista inquieto e interdisciplinario, además de elogiar que siempre haya rechazado «el concepto de artista-genio en beneficio del artista comunicador que interactúa con el público».
«Sus vínculos con París le convierten en un artista poco reconocido en Cataluña, pero que merece un puesto destacado en nuestra historia artística», ha recalcado Mascarell.
Xifra llegó a Francia en 1959, donde acudió a la Academia de Arte moderno d’Ais de Provença; en 1960 se trasladó a París para estudiar en la Academia Popular de Artes Plásticas y trabajó como ayudante de escultor de Apel·les Fenosa, y también residió en Chile, donde se entregó a la vanguardia a través de la utilización del espray.
Su plástica se convirtió en más comprometida en América y revitalizó el arte menestral de forma «creativa y original», y cuando volvió a Europa se centró más en el trabajo con los medios audiovisuales.