Madrid se engalana con la bandera rojigualda para recibir con honores al nuevo Rey. Desde Gran Vía hasta la plaza de Oriente miles de personas de todas las edades y países han hecho de ella un complemento indispensable de su vestuario durante el día de hoy.
También de las camisetas de la selección, de pañuelos y de gorras, pero, sobre todo, de banderas. Banderas que servían de vestido para unos y de capas para otros. Todas ondeando. Todas con un fin: acompañar a Felipe VI al grito de ¡Viva España!
Marisa y Lama, dos mujeres filipinas de 40 años, no han querido ser menos. Se han comprado dos camisetas rosas en las que se podía leer ¡Viva España! y a las 7 de la mañana ya estaban en el Congreso.
«Porque España sin monarquía no es España y porque estaremos con ella ahora y siempre», la familia brasileña Ibáñez ha adelantado una semana sus vacaciones al enterarse de la fecha del acontecimiento.
María Raquel, María Carolina, Lucas Henriques y José Alexandre Ibáñez llegaron ayer y, pese al jet lag, han madrugado porque estaban ansiosos por ver el acontecimiento. Su sonrisa les delata: “Estamos contentísimos. Felipe VI lo hará estupendamente. Tiene mano para llevar al país y los asuntos internacionales”, nos cuentan.
También de madrugada pero desde un poco más cerca (Tenerife) llegaban Fernando y María de 34 y 33 años. “Es un día histórico. Nos sentimos afortunados de no habernos perdido un día como éste y hemos venido solo para esto”.
Y desde Lorca (Murcia) se ponían en camino los Fernández. Se han levantado a las 6 de la mañana y han ido directos al Congreso. “Hay que apoyar al nuevo Rey al igual que hicimos con Juan Carlos. Hemos cogido buen sitio y lo hemos visto todo”.
Las quejas suben de tono por la excesiva seguridad policial
Ni las medidas de seguridad han frenado la curiosidad de los viandantes. “Estoy indignada porque no he podido ver al rey en el palacio a causa de la policía. Pero he visto el coche pasar y me ha parecido precioso”, comentaba Estela Rorler, una mujer argentina residente en Madrid de 68 años.
El joven Ignacio de 17 años ha tenido más suerte. Ha llegado a las 8 de la mañana al Congreso y ha podido verlo todo. «La monarquía debe seguir en España. Es uno de los símbolos más importantes de nuestro país», declara.
Y es que muchos han tenido que pasar hasta cinco controles de seguridad. Se han quitado las papeleras para evitar la colocación de artefactos explosivos y se ha procedido a la retirada de todo símbolo republicano para frenar incidentes.
Contentos o no con las medidas de seguridad, algunos ciudadanos sí han echado en falta que el acto fuese más ostentoso. “Ha sido muy austero. Deberían haber invertido más para hacer una ceremonia más a lo grande. Tendrían que haber venido las personalidades internacionales”, reprochaban Consuelo Diez y Ana Moreneo, de 44 y 43 años, quienes han acudido para hacer llegar a los nuevos Reyes que están con ellos y que seguirán ahí siempre para que todo salga bien. Aseguran que le han grita lo guapo que era durante el recorrido por el centro y se ha girado a saludarlas.
Los menos monárquicos tampoco han faltado a la cita como Cristian y Marcos que se han acercado a ver el acontecimiento más por la curiosidad del acto que por el propio Rey o Alberto y María. “Nos encontramos aquí por la propia curiosidad que despierta el evento. Para ser partícipes del ambiente festivo”, nos cuentan.
La misma opinión compartía Rahib de Bolivia. “Creo que para el siglo que vivimos la monarquía se ha quedado muy antigua, pero eso no quita para que Madrid esté muy bonito”, confesaba.
La proclamación de Felipe VI tampoco ha entendido de edad ni raza. Los más pequeños han sido los que más han disfrutado del evento acariciando a los caballos y haciéndose con todas las banderas que les cabían en las manos. Pero también los de mayor edad como Conchita de 82 años que solo tenía buenas palabras para el nuevo Rey. «Confio mucho en Felipe y sé que por la cuenta que le trae lo va a hacer muy bien», decía.
Entre el público del centro de Madrid destacaban los chinos que muy alegres bailaban las banderas españolas esperando a que el nuevo rey del país pasara saludando en el coche descubierto. Y entre las frases más repetidas: para don Felipe ¡qué alto es! y para la reina ¡qué guapa va, como siempre!