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Con la llegada del otoño y del invierno, los casos de piel irritada se disparan entre las personas propensas a padecer este tipo de reacción. El frío, las duchas de agua muy caliente o estar expuesto continuamente a la calefacción son algunos de los factores que pueden producir dicha irritación.
Lo más preocupante es que las pieles irritadas pueden afectar a nuestra calidad de vida y provocar molestias continuas, llegando incluso a no permitir un descanso correcto. La buena noticia es que hay hábitos sencillos y saludables para tratar la irritación y evitar que reaparezca.
Síntomas más comunes de las pieles irritadas
Una piel irritada es fácil de identificar, sobre todo porque determinados signos nos señalan que es preciso actuar para calmarla. Entre estos síntomas destaca el picor, algunas veces intenso, acompañado de enrojecimiento, a menudo provocado por el acto de rascarse.
Otras manifestaciones en forma de placas con descamación en piel muy seca, ampollas o ardor, estarían indicando que la situación es un poco más grave.
Causas habituales que irritan la piel en otoño e invierno
La piel es el órgano más grande que poseemos y es la barrera que nos protege del exterior. Por este motivo, es la parte del cuerpo más expuesta a agentes externos que la pueden irritar.
Entre los factores externos está la alergia por el contacto con ciertas sustancias que desencadenan la crisis irritativa. Entre ellas, destaca el níquel presente en objetos metálicos como llaves o tijeras. Otros productos de uso habitual como determinadas cremas, desodorantes o tintes de pelo estarían también detrás de una piel irritada por contacto.
En las estaciones frías, las pieles se suelen irritar por estar expuestas a cambios bruscos de temperatura. El frío del exterior, en contraste con el aire caliente proveniente de estufas o calefactores, puede desequilibrar la humedad natural de la piel, provocando que se seque, se descame y en última instancia, surja la irritación.
Hábitos saludables para tratar la piel irritada
Hay muchas medidas que se pueden tomar para atajar este problema e impedir que vuelva a aparecer. Entre ellas, la más importante es la higiene adecuada de nuestra piel, puesto que, si ya está irritada, el baño diario la limpiará e hidratará de forma adecuada.
Es recomendable tomar una ducha para no pasar demasiado tiempo en el agua, algo que podría ser contraproducente. El agua debe estar tibia y sería de ayuda usar geles sin jabón. Existe en el mercado una amplia variedad de productos que ayudan a lavar la piel sin alterar su pH natural.
Por otro lado, en otoño e invierno la ropa suele cubrir más proporción de piel, por lo que se hace útil utilizar prendas que no sean sintéticas, sobre todo si tenemos tendencia a tener piel irritada, y elegir preferiblemente las de algodón 100 %.
En el blog especializado en la salud Tu Equilibrio y Bienestar, encontrarás muchos más consejos y cuidados orientados tanto a pieles irritadas como a varias recomendaciones de gran interés. Además, los artículos de este blog están escritos por profesionales sanitarios, por lo que la información contenida es de calidad y resulta esencial para mantener un estado de salud óptimo.
Tanto si padecemos los estragos de una piel irritada, como si lo que queremos es evitar volver a sufrirla, lo ideal es extremar los cuidados que merece. Poniendo especial atención en la higiene corporal y evitando exponerla a agentes que la pueden estropear, no será difícil mantener una piel sana incluso en los meses más fríos.